Entrevista

Bad Gyal, la estrella que fue la 'xavaleta': "Nadie me obliga a hacer nada"

La catalana publica el EP 'Warm up', su primer trabajo largo desde que firmó con Interscope, con El Guincho como productor ejecutivo

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Ignasi Fortuny

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La 'xavaleta de Vilassar' es ahora una estrella. Bad Gyal (Alba Farelo, 1997) hace tiempo que dejó de ser una figura emergente para ser una catalana internacional. También hace tiempo que los chismorreos sobre su figura en sus inicios quedaron en evidencia. La artista del Maresme ha crecido -y sigue creciendo- a una velocidad imparable. Sus números son abrumadores. Después de coger un gran impulso muy joven aún de manera independiente, hace poco más de año y medio que navega a bordo de los sellos Interscope y Aftercluv.

En este tiempo, ha ido publicando un puñado de 'singles' y ahora, este viernes, publica el primer EP desde que está con las compañías citadas siguiendo con su particular fórmula: música de baile de inspiración en el 'dancehall' jamaicano. 'Warm up' llega tres años después de su anterior trabajo largo, la 'mixtape' 'Worldwide angel'. Les une la esencia pero les separa, como es lógico, la madurez artística alcanzada y todo el envoltorio. Sin ir más lejos, 'Warm up' ha contado con El Guincho como productor ejecutivo, el hombre que esculpió a la vera de Rosalía 'El mal querer' y que -¿por qué será?- siempre está cerca de todo lo bueno que pasa por aquí. La artista expone a este diario la importancia del productor canario en el proyecto: "Me ha ayudado mucho a poner los temas que de verdad quería poner y llevarlos todos a una zona común, sin que los temas tengan entre ellos el mismo color, pero que se oyesen coherentes entre sí". Bad Gyal transmite seguridad y de ella se empapa su público. Una mujer poderosa sin miedo a ser juzgada. La canción 'Zorra' es un himno a la sororidad.

'Warm up' es un EP de ocho canciones -la mitad de ellas ya publicadas-. Su título (calentamiento) puede tener una doble lectura: una puesta a punto para el futuro álbum en el que está trabajando (sin fecha) y también, en palabras de Bad Gyal, "son las canciones que escucharíamos antes de ir a una discoteca, en casa bebiendo". El fichaje por los sellos no ha frenado su desmesurada ambición, y la ha consolidado como figura del 'mainstream'. "Siento que lo estoy manteniendo fresco, actual, y también dando cosas nuevas sin perder la esencia", afirma.

Su fichaje era una manera de asaltar un nivel superior, una manera de abrir puertas y fronteras. "Uno de los motivos para ir a un sello como Interscope era para acercarme a ese lado. Me presenta la oportunidad de abrir una pequeña puerta a lo que es la industria musical de allá (EEUU) que al final es con la que conviven los artistas que a mí más me gustan y en la que puedo cumplir los objetivos que me propongo". En 'Warm up' traza un mapa de grandes colaboraciones -iniciado ya anteriormente en sencillos, por ejemplo, con Busy Signal (Jamaica) o Kafu Banton (Panamá)- que va a Puerto Rico (Rauw Alejandro y Juanka), Nigeria (Rema) y Argentina (Khea).

Letras ardientes

En esta nueva etapa, Bad Gyal ha redoblado el lenguaje explícito en sus canciones. "Me siento mucho más cómoda experimentando con las 'barras', los 'punchlines' [frases clave, duras], que es un poco la cultura de la música que yo escucho. Que un verso sea rapeado, que haya una frase que sea la que más se te clava... Al final creo que el lenguaje explícito es una herramienta muy útil para esto", considera. Eso es algo que hace desde sus inicios, desde que se bautizara como "el pussy k mana" (en plata, el coño que manda). Versos, de su particular y directa manera de escribir, que la gente hace suyas. De las muy recientes: "Me reporto en tu zona / cada día más culona". De la canción 'Blin blin', a las redes sociales y al imaginario popular de jóvenes y también de adultos. "Me quité la barrera de pensar que no se me daba bien [escribir]. Muchas veces las frases me vienen como una imagen. Intento ser impulsiva porque así salen las cosas más auténticas, genuinas, y, al final, estas son las que más impactan a la peña", comenta.

"Intento ser impulsiva porque así salen las cosas más auténticas, genuinas, y, al final, estas son las que más impactan"

— Bad Gyal

En muchos de sus temas expresa su deseo sexual al igual que han hecho miles de hombres artistas antes sin que a nadie se pusiera las manos a la cabeza. "Tenemos que desaprender y empezar a respetar un poco, empezar a ser más justos. Venimos de esto, es lo que hemos mamado, y nos está costando mucho dejar de tener estas ideas", responde. Hace 10 días lanzó el videoclip de su último 'single' antes del EP, 'Pussy'. Fue denunciado por usuarios de Youtube y Tik Tok por "contenido sensible y desnudez", afirmó ella misma. "Es una impotencia muy grande", comparte. Eso se sumó a que cerca del 8-M uno de los grandes nombres del reguetón, Arcángel, al que Bad Gyal admira, dijera que las mujeres que enseñan su culo no merecen respeto. "Sabe mal ver que se hacen estos pasos atrás y que, además, parece que no pasa nada", comenta. Y zanja: "A mí nadie me obliga a hacer nada".

Su manera de ser y hacer ha conectado con una generación de la que Bad Gyal es referente. Más allá de lo musical, su figura ha crecido muchísimo. Incluso durante la pandemia se la ha visto cercana, intentando conservar el vínculo con su gente a través de las redes sociales. Porqué Bad Gyal se moja. Con el Sindicat de Manters o contra los desahucios en el Raval. O contra la violencia policial en Catalunya en las manifestaciones contra la sentencia del 'procés'. También su discurso es adoptado por colectivos feministas y LGTBI. "Hago estas cosas porque es como pienso, son mis valores, como me han educado, y siento que tengo una plataforma tan grande que en algunas situaciones me sale natural hablar de cosas que creo que tengo que hablar. Siento que es mi obligación", zanja.

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