Crítica de música

En memoria de Gerhard

El conjunto orquestal y la soprano catalana Núria Rial rinden homenaje al compositor a medio siglo de su muerte

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rial / Auditori

Pablo Meléndez-Haddad

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El concierto de este fin de semana de la OBC tuvo un marcado acento catalán, tanto por programa -casi un monográfico Gerhard a 50 años de su muerte- como por intérpretes. Frederic Mompou abrió el fuego con sus 'Variaciones sobre un tema de Chopin' original para piano y destinado a poner música a un ballet, aquí en la brillante y colorista orquestación de Josep Soler, quien en 1994 revisara esta pieza nacida en los años 1950. A pesar del esfuerzo de Soler y de su amplia variedad organológica, estas variaciones, desprovistas de coreografía, acaban siendo un tanto repetitivas al citar sin descanso al 'Preludio nº 7, Op. 28' de Chopin en el que se basa. Una OBC pulcra y obediente ante la amplia gestualidad sin batuta de Francesc Prat sacó adelante la obra sin mayores problemas.

Pero Robert Gerhard era la estrella de la velada, cuya obra se revisó comenzando por sus 'Seis canciones populares catalanas' en la voz de la consagrada soprano Núria Rial. Se trata de piezas orquestadas por el propio compositor y que él mismo dirigió al estrenarlas contando con Conxita Badia y la Orquesta Pau Casals. La riqueza y belleza vocal de Rial transformaron las canciones en auténticas joyas, dichas con perfecta dicción, un fraseo cargado de sentido y sin problemas a lo ancho de toda de tesitura, más cómoda en aquellas herederas, por estructura, de la música antigua. 

Después de la breve y espectacular 'Pedrelliana', obra basada en temas de una ópera de uno de los maestros de Gerhard, Felip Pedrell, y quizás lo menos brillante en cuanto a acción de conjunto por parte de la orquesta, Rial regresó al escenario para revisar el 'Cancionero de Pedrell', estructurado por ocho canciones que rescatan la tarea etnomusicológica de Pedrell en la recopilación de temas populares de distintas regiones de España. Junto a la voz diamantina de la soprano Prat hizo que la OBC se viniera arriba fagocitando a la cantante en, por ejemplo, 'Muera yo' o 'Correndas', arremetida, en todo caso, que el público aplaudió con pasión.