Músicas avanzas y cine

65 años de 'Planeta prohibido': otras bandas sonoras con sonidos electrónicos

En los años 50 y 60, la música para cine elaborada con teclados electrónicos, cinta magnética y theremin reflejó los miedos a las amenazas exteriores e interiores

Fotograma de 'Ultimátum a la Tierra'.

Fotograma de 'Ultimátum a la Tierra'. / El Periódico

Quim Casas

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La banda sonora compuesta por Louis y Bebe Barron para ‘Planeta prohibido’, o como ponerle música electrónica con cinta magnética manipulada a una versión de ‘La tempestad’ shakesperiana en clave de ciencia ficción, sentó un magnífico precedente. El filme, realizado en el estertor de la Guerra Fría, hace justo ahora 65 años, abría la espita para sinfonías audiovisuales con sintetizadores, cintas y theremin que casaban a la perfección con el espíritu de la época, ideales para relatos del más allá que, en el fondo, estaban hablando de lo que ocurría aquí, o al menos en los Estados Unidos de los 50.

El músico y teórico David Toop explicaba que la música con cinta electrónica y theremin simbolizaba la amenaza que procedía de mundos exteriores, reflejo de los miedos interiores de la sociedad. En 1951 se estrenaba ‘Ultimátum a la Tierra’, con una banda sonora de Bernard Herrmann que incorporaba de manera muy creativa el theremin, la ondulación electrónica perfecta para ilustrar la llegada a la Tierra de un ser procedente de otra galaxia.

En Hollywood, cuando se requería el uso de tan inusual instrumento (formado por una caja de madera, dos osciladores y dos antenas activadas a distancia por los movimientos de la mano), siempre aparecía un curioso personaje llamado Dr. Samuel J. Hoffman: ejercía de pedicuro durante el día y de director de orquesta lounge, con el nombre de Hal Hope, por la noche. El tocó el theremin también en ‘El enigma… de otro mundo’ y ‘Los 5000 dedos del doctor T’, entre otros títulos fantásticos o de ciencia ficción.

Más tarde, en ‘El hombre con rayos X en los ojos’, realizada por Roger Corman en 1963, los efectos electrónicos empezaron a combinar con los instrumentos clásicos. El mismo año, Herrmann elaboró la banda de sonido de ‘Los pájaros’ con distintas graduaciones electrónicas para los graznidos y batir de alas amenazantes. Herrmann fue el consejero musical y sonoro, mientras que de ejecutar los ruidos de las aves se encargó Oskar Sala, inventor, ingeniero de sonido y maestro del trautonio, instrumento electrónico creado en 1924 y claro precedente de los sintetizadores.

Robert Wise, director de ‘Ultimátum a la Tierra’, volvió al género en 1971 con ‘La amenaza de Andrómeda’. Y volvió también a la electrónica: la música elaborada por Gil Mellé fue ejecutada íntegramente con sintetizadores. Mellé era otro visionario: músico de jazz, ilustrador de portadas de discos, compositor e inventor de instrumentos rarísimos como un saxo-catalejo y una pistola de sonido. Otra imaginativa banda sonora es la de ‘Viaje alucinante’, la aventura de unos médicos miniaturizados dentro del cuerpo de un paciente, repleta de efectos electro-acústicos.

Lejos de Hollywood conviene destacar la organización sonora de ‘Cabeza borradora’ mediante inquietantes efectos artesanales elaborados por el propio David Lynch. Y fuera de los Estados Unidos no hay mejor exploración que la llevada a cabo en el filme checoslovaco de ciencia ficción ‘Ikarie XB-1’, también de 1963: Zdenek Liska, habitual colaborador en los filmes de animación de Jan Svankmajer, desplegó todo su arsenal de modulaciones y frecuencias electrónicas para esta odisea espacial según el ideario de la antigua Europa del Este.

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