LOS DISCOS DE LA SEMANA

Crítica de 'When you see yourself', de Kings of Leon: en busca del rock adulto

La banda de Nashville entrega su álbum más matizado, potenciando atmósferas, ‘tempos’ ralentizados y arreglos sutiles

Los nuevos álbumes de Archie Shepp y Jason Moran, Nuevos Hobbies, Kenya Racaile y Arab Strap, también reseñados

KINGS

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Jordi Bianciotto / Rafa Tapounet / Roger Roca / Ignasi Fortuny

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El nuevo de Kings of Leon no es un disco fácil, ni se ajusta quizá a lo que muchos de sus seguidores podían esperar de él. Es posible que atraiga más a quienes observan a la banda con cierta distancia, deseando la evolución del objeto rock más allá de sus puntos de anclaje milenarios, que a los fans capturados en su día por la versión original (‘Young and Young manhood’, 2003) o por la más desarrollada (‘Only by the night’, 2008). Álbum de medios tiempos espaciosos, de atmósferas y de matices, pero con tensión muscular y chispazos de emoción maquinados a fuego lento.

Hace ya mucho que esta banda de Nashville, integrada por el clan fraternal de los Followill, se fue alejando de aquellas raíces cercanas al ‘southern rock’, ambicionando un sonido corpulento y contemporáneo sin abdicar del ‘riff’. Ahí, ‘When you see yourself’ representa un paso más allá, atemperando guitarras y canalizando la energía de un modo más soterrado. Movimiento de cierto riesgo, en el que juega un papel la producción del británico Markus Dravs, que ya firmó el disco anterior, el lejano ‘Walls’ (2016), y que tiene en su haber créditos en trabajos como ‘The suburbs’ (Arcade Fire), los dos primeros de Mumford & Sons o ‘Viva la vida or death and all his friends’, de Coldplay. 

Penetrante monotonía

De su mano, Kings of Leon avanzan en la condensación de su sonido y de sus ‘tempos’ en artefactos pesados donde la procesión va por dentro: resulta definitoria la pieza de apertura, ‘When you see yourself, are you far away’, que desprende interrogantes crípticos con reflejos de soledad y de reproche, en torno a un combinado de arpegios mates de guitarra, redobles marciales y cíclicos haces de sintetizador, con los coros profundos en su estación final. Pórtico que nos lleva a un rock más despierto (y canónico) en ‘The bandit’ antes de desembocar en la penetrante monotonía de ‘100.000 people’, en la que un drone repetitivo marca el paso. El grupo paladea ahí un hipotético ‘slowcore’ de estadios, en línea con otros temas un poco más espesos, sobre todo en la segunda mitad del repertorio.

En las canciones más ‘up tempo’ el grupo muestra resolución e inventiva: ‘Stormy weather’, con su bajo con vida propia; la esbelta ‘Golden restless age’ y esa frenética sublevación final de las guitarras llamada ‘Echoing’, antes del fundido melancólico suministrado por ‘Fairytale’. Estación final de un álbum que puede dispensar sus momentos de tostón a los fans más necesitados de vibración eléctrica y que está dividiendo, de un modo que pocas veces ocurre, a la crítica anglosajona: para ‘Mojo’, el disco apunta favorablemente a “lugares nuevos e inéditos”; para ‘The Independent’, es “soporífero”. Es la obra de una banda de que busca la excitación más allá del fogonazo y que apunta un camino para el rock adulto. - Jordi Bianciotto

OTROS DISCOS DE LA SEMANA

Sheep, voz honda y herida, canta los versos de “Sometimes I Feel Like a Motherless Child” sobre un piano que parece que escuche, casi en silencio, y la sacudida es enorme. Solo por esos ocho minutos, el primer encuentro en directo entre Moran, pianista de inventiva enorme, y el legendario saxofonista Archie Sheep, ya es un triunfo. Pero hay más. Otro espiritual sobrecogedor, “Go Down Moses”, clásicos de Ellington, Monk y Coltrane dichos con una emoción que parece imposible de impostar. - Roger Roca

El ahora quinteto navarro confirma todas las promesas que dejó apuntadas en su primer elepé, ‘Palmeras’ (2019), con una decena de canciones sin tacha que combinan con inteligencia el optimismo y la melancolía y se suben a los hombros de algunos de los grandes nombres del jangle pop de los 80 y los 90 (The Smiths, Felt, The Clean, The Field Mice) para mirar aún más atrás y lanzar guiños a los Beatles, a Bob Dylan vía los Byrds (‘Vive Bob’, ‘El viento’) y hasta al barroquismo pop de Los Módulos (‘De mayor’). - Rafael Tapounet

La fuerza de la valenciana Kenya Racaile es impactante, te atropella. Con 'Némesis' -nueve temas que se hacen escasos- se confirma como una de las mujeres dominantes de la escena del trap. Combina carácter, agresividad, versos directos al mentón ('Ártico', 'Neme2i2'...), con ritmos latinos acompañados de estribillos pegadizos ('Baby como estás, 'Chien et chat'...). Aquí, también se puede mostrar romántica, pero sin perder nunca la pluma de la calle. Controla con crudeza y soberbia este cruce de caminos. 'Némesis' asoma a una nueva reina. - Ignasi Fortuny

Hace 15 años que separaron sus caminos, y Aidan Moffat y Malcolm Middleton se reencuentran ahora prestos a contrastar su lírica sórdida y deslenguada con el bagaje de la experiencia. Les ha salido un disco resabiado y sin complacencia, con su voz narrativa, su tensión subterránea pospunk, sus trazos de severo synth-pop y su receptividad a las cuerdas y los vientos enrarecidos. Obra de belleza intranquila que bien puede ser degustada más allá de los señores mayores de la era ‘indie’. - Jordi Bianciotto

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