Crítica de cine

‘Minari’: retrato de niño con familia

El coreano-estadounidense Lee Isaac Chung vierte sus recuerdos infantiles en la Arkansas de mediados de los 80 en este filme apostillado 'Historia de mi familia'

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Minari'

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Minari' /

Quim Casas

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El realizador Lee Isaac Chung vierte sus recuerdos en ‘Minari’, apostillada oportunamente entre nosotros ‘Historia de mi familia’. Chung, como el niño protagonista, también es un coreano-estadounidense que se trasladó con su familia a los campos de Arkansas. Asimismo, su padre estaba convencido de que podía ganarse la vida cultivando sus propios productos y vendiéndolos a las tiendas de comida coreana de la región, aunque esto supusiera fricciones con su esposa. Chung experimentó igualmente la extrañeza cultural. David, el niño, tiene siete años y la acción acontece a mediados de la década de los 80. Chung nació en 1978 y tenía siete años entonces.

Más allá del retrato de este grupo familiar, alterado en cierta medida por la llegada de la anciana madre de ella, la película va tomando forma a partir de elementos más secundarios. Un tornado, por ejemplo, que al inicio del relato está a punto de desmantelar la nueva y precaria vivienda de los protagonistas –en realidad una gran caravana sin ruedas situada en medio de un prado–, la presencia de un bosque cercano de resonancias mágicas según la cultura de la familia, o las escenas compartidas con el extraño personaje que interpreta Will Patton, una especie de rastreador de agua con tintes bíblicos que se convierte en ayudante y confidente del padre de la familia.

No hay conflictos raciales, ya que son plenamente aceptados incluso en la iglesia del condado, sino disputas familiares, íntimas. Formas de entender la vida entrevistas a partir de la perspectiva aún inocente de un niño frágil que evoca la diáspora de su mundo familiar.