LOS DISCOS DE LA SEMANA

Crítica de 'Detroit stories': Alice Cooper vuelve a Detroit

El rey del shock rock rinde un entrañable homenaje a su ciudad con la ayuda de sus colegas de banda en los años 70 y de paisanos como Wayne Kramer (MC5) y Steve Hunter

Los nuevos álbumes de Fruit Bats, Jeremy Pelt, Lildami e Isasa, también reseñados

alice cooper

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Jordi Bianciotto / Rafa Tapounet / Roger Roca / Ignasi Fortuny

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Hace mucho que Alice Cooper se convirtió en uno de esos artistas que todo el mundo quiere ver al menos una vez en la vida, pero cuyos discos generan discretas emociones. Sus intentos por modificar la tendencia han sido numerosos, y entre los más atinados hay que situar este ‘Detroit stories’, el álbum con el que Vincent Damon Furnier rinde un esforzado homenaje a su ciudad, Detroit, la ‘motor city’ siempre asociada al rock vandálico y a altas escuderías del soul y el rhythm’n’blues.

El disco transmite una conexión directa con el imaginario que esa ciudad desarrolló en el tránsito de los años 60 a los 70 desde el tema de apertura: un ‘Rock and roll’, de Lou Reed, rearmado con guiños a la versión del feroz ‘soul man’ Mitch Ryder y con la asistencia de quien fuera su guitarrista, Steve Hunter (también cómplice de Reed en el totémico ‘Rock’n’roll animal’). Declaración de intenciones tras la que nos topamos con otros dos decanos de las seis cuerdas, Wayne Kramer (MC5) y Mark Farner (Grand Funk Railroad), inyectando ‘riffs’ proto-punk en la gamberra ‘Go man go’, con su delicioso fondo literario: “Ella sabe que soy un hombre / Sabe que soy un imbécil… / pero le da igual”. 

La vieja pandilla

Estamos ante un álbum con múltiples capas de significado, pero sobre todo divertido y portador de giros simpáticos: ese ‘Our love will change the world’, original del grupo pop (también de Detroit) Outrageous Cherry, o el dúo vocal con el bajista Dennis Dunaway en la deslenguada ‘I hate you’, un tema muy Iggy Pop en el que toman parte los tres principales supervivientes de la banda clásica de Alice Cooper. La iguana no participa en el álbum, si bien aparece mencionada en ‘Detroit city 2021’, entre citas a Bob Seger, Suzi Quatro y la Motown.

Álbum producido por Bob Ezrin, como los clásicos del artista (y algunos de su etapa moderna), ‘Detroit stories’ sabe a rock a la americana, con acentos hard y proto-punk, sin reflejos del metal o el AOR de ciertas épocas. Tiene sus altibajos en ese recorrido de 15 canciones, pero la ligereza de ‘$1000 high heel shoes’, con sus meneos de r’n’b y sus coros, o el desarrollo ‘bluesy’ canónico de ‘Drunk and in love’ (con la guitarra de Joe Bonamassa), queda compensada por ocurrencias como la arrastrada ‘Wonderful world’ o el directo en los morros de ‘Shut up and rock’ (donde la batería la toca Larry Mullen Jr, de U2, que ya tomó parte en el anterior trabajo de Alice Cooper, ‘Paranormal’).

Completando el círculo virtuoso de los homenajes, el disco abraza otro par de ‘covers’ en su tramo final, ‘Sister Anne’, de MC5, y ‘East side story’, del primer Bob Seger, hundiendo raíces con brío y luciendo denominación de origen. Completan un álbum de Alice Cooper moderadamente excitante y muy reconocible, reanimando viejos laureles sin sonar nostálgico. - Jordi Bianciotto

OTROS DISCOS DE LA SEMANA

Eric D. Johnson celebra los 20 años del más consistente de sus proyectos musicales con una balsámica colección de canciones que lidian con asuntos de cierta enjundia (el pasado, la soledad, la nostalgia, el destino) sobre una base instrumental en la que los acentos campestres (con fugas ocasionales al Van Morrison más sosegado y al sonido Laurel Canyon) ganan terreno al devaneo pop de anteriores entregas. Ideal para acompañar el primer café en una de esas mañanas soleadas de domingo que te reconcilian con la vida. - Rafael Tapounet 

El trompetista Jeremy Pelt da voz a otros y otras -veteranos, pero también jóvenes- para contar qué es ser afroamericano y músico de jazz en los Estados Unidos. Literalmente: las grabaciones del sexteto de Pelt se entremezclan con fragmentos de conversaciones. René Marie, Larry Willis o Harold Mabern hablan con franqueza sobre racismo, olvido y solidaridad. Y así, la tristeza, la compasión o la alegría en la música de Pelt se hacen más claras, hondas y potentes. Un disco importante de verdad. - Roger Roca

Lildami puede presumir de haber expandido el rap en catalán, un sonido al que le pone mil matices, colocándolo en el escalón de la música popular. Lo hizo con el álbum 'Flors mentre visqui' y lo repite ahora con 'Viatge en espiral', un disco en el que destaca la atmósfera sonora por la que transita. El de Terrassa hace que el disco sea divertido, con letras muchas veces irónicas y retorcidas -en ocasiones, quizá demasiado-. En 12 canciones logra imaginar un futuro incierto, le da vueltas a las relaciones amorosas y se junta con nombres mayúsculos como Albert Pla o Guille Milkyway. - Ignasi Fortuny

El madrileño Conrado Isasa, que un día cambió la pulsión post-hardcore de A Room With a View por el interiorismo acústico en la estela de John Fahey, se nos muestra más destilado si cabe en su cuarto disco. Paladea pausas y silencios, calcula vibraciones con hechizo y manufactura un repertorio que desafía al mundo con su paz interior y su aroma a calor familiar, con temas dedicados a sus hijos y ese ‘Amor’ en bucle, con ‘sample’ de Lorena Álvarez. Música que deja a su paso un eco infinito. - Jordi Bianciotto

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