Crónica

La violencia ante el amor y el poder

El Liceu estrena con éxito en España la última ópera del británico George Benjamin

Imagen del estreno de ‘Lessons in love and violence’ en el Liceu

Imagen del estreno de ‘Lessons in love and violence’ en el Liceu / A BOFILL

Pablo Meléndez-Haddad

Pablo Meléndez-Haddad

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El tercer título operístico de George Benjamin, ‘Lessons in love and violence’, se estrenó en España el viernes en el Liceu barcelonés, coproductor del montaje que, dirigido escénicamente por Katie Mitchell, subió por vez primera en mayo de 2018 al escenario de la Royal Opera de Londres. La obra, que también viajará al Real de Madrid a partir del 30 de abril, cuenta con el libreto de Martin Crimp, fiel aliado del compositor en los textos de sus obras líricas.

La música de Benjamin muestra una lograda fusión entre las voces solistas y el rico tejido instrumental que utiliza su orquesta, ampliada con sonidos exóticos cuya calidez y colorido ayudan a explicar el drama. La partitura remite por momentos a Britten y al maestro de Benjamin, Messiaen, pero también a Boulez e incluso a Debussy, construyendo un mundo sonoro moderno y teatral, al servicio de un libreto que explica la historia de manera concisa y expeditiva centrándose en la acción.

Basada en la leyenda de Eduardo II, rey inglés del siglo XIV –que inspirara a Christopher Marlowe en su tragedia 'Edward II'–, ‘Lessons’ se centra en la relación íntima entre el monarca y el noble y ambicioso Piers Gaveston, su protegido, desenmascarado ante la corte y la Reina Isabel por su amante, Mortimer, otro noble sediento de poder. La historia transcurre en todo momento ante los hijos de los reyes, espectadores de unas lecciones en las que el amor pasa a segundo plano ante tanta violencia, aspecto que la puesta en escena de Katie Mitchell –con escenografía y vestuario de Vicky Mortimer e iluminación de James Farncombe– traslada a un ámbito actual en el que funciona perfectamente.

En el podio brilló la batuta segura y conocedora del repertorio de Josep Pons, ante una Simfònica del Liceu que parecía experta en el estilo contemporáneo. El barítono francés Stéphane Degout traza un detallado perfil del Rey con una voz pletórica, mientras el insidioso Mortimer de Peter Hoare demuestra tenerlo todo para el personaje. Como Gaveston Daniel Okulitch se movió con soltura y la Reina de Georgia Jarman encandiló con sus agudos a pesar de su escasa proyección, lo mismo que el joven príncipe de Samuel Boden. Completaron con acierto el reparto Isabella Gaudí, Gemma Coma-Alabert y Toni Marsol ante un mar de figurantes excelentemente coreografiados por Joseph Alford.