Crítica de cine

'Ven con papá': lazos de sangre

El filme entra en una atmósfera de paranoia creciente a partir de reencuentro familiar nada reconfortante

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Ven con papá'

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Ven con papá'. /

Nando Salvà

Nando Salvà

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

"No tienes ni puta idea de lo que está pasando aquí", escucha el protagonista de 'Ven con papá' al llegar a la casa del padre que lo abandonó décadas atrás. Pero la ópera prima de Ant Simpson es tan genuinamente extraña que esas palabras bien podrían ir dirigidas directamente a nosotros. Desde el principio queda claro que el reencuentro paterno filial no será la reconfortante reunión que el joven Norval (Elijah Wood) anda buscando desesperadamente pero, aun así, ni los espectadores más intrépidos sabrán predecir el camino que el relato llega a tomar.

Tras una primera mitad que retrata la relación a través de episodios pasivo-agresivos combinados con ataques de ira, en efecto, la película empieza a tomar giros inesperados y reformular las motivaciones de los personajes al tiempo que introduce otros nuevos. Y en el proceso va transitando del horror sobrenatural al 'thriller' criminal y a la negrísima comedia física, combinando momentos deliberadamente absurdos y grotescos con apuntes relevantes sobre la naturaleza de la institución familiar.

La volubilidad tonal, es cierto, por momentos parece funcionar como un fin en sí misma, y eso sin duda resta pegada dramática al periplo de Norval. Pero ni eso ni el excesivo apego que Simpson muestra por lo vulgar impiden que 'Ven con papá' nos suma en una atmósfera de paranoia creciente, ni que se nos quede alojada en la mente mucho tiempo después de su impactante desenlace.