Crítica de cine

'La maldición de Lake Manor': el mundo exterior no existe

Película de terror de atmósfera gótica, inquietante pero sin exceso de sobresaltos

Estrenos de la semana. Tráiler de 'La maldición de Lake Manor'

Tráiler de 'La maldición de Lake Manor'. /

Quim Casas

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El mundo exterior

'La maldición de Lake Manor' tiene todo lo que debe de tener una película de terror que aspire a inquietar sin exceso de sobresaltos y a dejar su sello con una atmósfera gótica. El decorado -una gran mansión italiana en la que un niño parapléjico y sus familiares parecen vivir retirados del mundo, como si el exterior no existiera-, la mezcla de colores intensos y mortecinos, el uso de las sombras y las penumbras, la tensa música, las interpretaciones mecanizadas de buena parte del reparto -uno de los personajes tiene un semblante parecido al del hierático cómico del cine mudo Buster Keaton- y el misterio que aletea alrededor de los muros de la casa, unido a una factura que recupera aspectos del cine de terror italiano de los años 60 y 70, dan como resultado un envoltorio más que satisfactorio, a veces algo preciosista, pero firme.

El filme, con sus misterios y sus certezas, no pretende renovar el género, sino contar de forma concisa una intriga cuyos puntos álgidos se adivinan quizá demasiado pronto, pero no por ello la entorpecen ni le restan fuerza. Queda, entonces, el placer del recorrido antes que el del descubrimiento, con momentos brillantes en un conjunto bastante armonizado.