'Perfumes': eau de Toilette

En este último año hemos estado más pendientes que nunca de nuestras narices. Hemos tenido que taparlas para que no entrara el virus y la pérdida del olfato se convertía en un síntoma nefasto. Quizás por eso hemos valorado más que nunca ese sentido en ocasiones anestesiado y no deja de resultar curioso que ahora precisamente se estrene una película como ‘Perfumes’ que invita a oler y a respirar.

Su protagonista es una prestigiosa perfumista (la siempre genial Emmanuelle Devos) que ha sido denostada en la profesión por sufrir un episodio de anosmia y ahora tiene que utilizar su talento para hacer desodorantes de supermercado o imitar el olor de una cueva paleolítica. Está enfadada, frustrada y atrapada en un mundo de fragancias que la apartan de las personas, hasta que aparece Guillaume (Grégory Montel), un chófer desastroso que necesita conservar su trabajo para conseguir la custodia compartida de su hija.

‘Perfumes’ no es una historia de amor, sin embargo, tiene un hálito romántico. Quizás porque mientras se ve parece que se cree una sinestesia con los aromas que se insinúan, desde la hierba recién cortada, al J’adore de Dior pasando por ambientador de coche. Es en estos detalles sensitivos donde la película resulta más acertada. Por lo demás, adopta el esquema de road movie encubierta en la que dos personajes antagónicos aprenden a entenderse y respetarse, perdiendo la oportunidad de ahondar en temas más afilados, como las relaciones sociales y el clasismo que caracteriza a la protagonista.

No nos encontramos ante un Parfum, más bien ante un Eau de Toilette. Ligerito, sin muchas notas de profundidad y, eso sí, con un bouquet exquisito, Emmanuelle Devos, que consigue sin mucho esfuerzo dotar de cierta elegancia a la película.