Crítica de teatro

‘Explore el jardín de los Cárpatos’: vacaciones marca España

La joven compañía José y sus hermanas monta en el Lliure un sorprendente espectáculo sobre las consecuencias de un modelo turístico insostenible.

‘Exploré el jardín de los Cárpatos’,

‘Exploré el jardín de los Cárpatos’,

Manuel Pérez i Muñoz

Manuel Pérez i Muñoz

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Sus integrantes aún no alcanzan la trentena y eso es buena noticia. La escena de Barcelona necesita juventud, aire fresco para renovar lenguajes y público. En el Teatre Lliure de Gràcia apuran funciones la compañía José y sus hermanas, que despuntaron en 2017 con la denuncia de las pervivencias del franquismo en la magnífica ‘Los bancos regalan sandwicheras y chorizos’

En su tercera obra, ‘Explore el jardín de los Cárpatos’, han puesto la diana en el turismo, la gallina marca España que ha dejado de poner huevos de oro. La perspectiva pandémica azuza aún más la mirada corrosiva hacia un modelo de banalización y paisajes arrasados. Todo incluido: un paseo documental por Marina d’Or, un psicoanálisis de la pulsión viajera y la zanahoria de los 15 días de vacaciones detrás de la cual corremos todos. 

A diferencia de su anterior espectáculo sobre la educación (‘Arma de construcción masiva’), consiguen ahora que el discurso avance como un todo entre las diferentes escenas superpuestas como pequeñas performances, o lenguaje postdramático, o como se le quiera llamar. Entre la amalgama cabaretera de técnicas sobresale el vídeo, un aire de espectáculo en ‘streaming’ que funciona como un dos en uno. Por un lado, la realidad aumentada que se proyecta en la pantalla, del otro, lo que realmente está pasando en escena. Como la diferencia entre las redes sociales y la vida que se acentúa en vacaciones. 

Compendio de talento

Se sigue detectando en las formas una influencia de algunas de las compañías inquietas de referencia, y no es casualidad que Cris Blanco y Tanya Beyeler de El Conde de Torrefiel figuren en la asesoría artística. Aun así, la propuesta plástica es el gran descubrimiento, un campo abonado con substrato centroeuropeo en el que crecen sincronizadas las pujantes individualidades de las integrantes. 

Alto voltaje en la vis cómica de las actrices Marta Díez y Carolina Manero. Alejandro Curiel aporta el acento agridulce que esbozaba ya en su ‘All by myself’. En el entremés j-pop con ‘autotune’ Gemma Polo remarca su desconcertante expresividad, la clave de ‘En lo alto para siempre’ que compartió con Gonzalo Cunill y Juan Navarro. Y nos quedamos con ganas de disfrutar más del arte coplero que Glòria Ribera explota con garbo en sus ‘Versiones parciales’. Larga vida a José y sus hermanas.

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