Otros escenarios posibles

Una expedición doblemente insólita

El Centre Cívic Teixonera quedó inundado por los cachivaches sonoros de la Orquestra ReuSònica Trio

El concierto formaba parte el ciclo Barcelona Districte Cultural que ha mantenido su programa de actividades culturales en los barrios a pesar de la pandemia

ICULT OTROS ESCENARIOS POSIBLES 19-12-2020  ACTUACION ORQUESTA REUSONICA TRIO EN EL CENTRE CIVIC TEIXONERA EN BARCELONA CICLO BARCELONA DISTRICTE CULTURAL  Rocco Papia  Guitarra de 7 cuerdas   Cuerdas ReuSonicas   voz Xavi Lozano   Vientos ReuSonicos  y tradicionales  voz Antonio Sanchez Barranco   Percusiones ReuSonicas  y tradicionales  voz  FOTO MARTI FRADERA

ICULT OTROS ESCENARIOS POSIBLES 19-12-2020 ACTUACION ORQUESTA REUSONICA TRIO EN EL CENTRE CIVIC TEIXONERA EN BARCELONA CICLO BARCELONA DISTRICTE CULTURAL Rocco Papia Guitarra de 7 cuerdas Cuerdas ReuSonicas voz Xavi Lozano Vientos ReuSonicos y tradicionales voz Antonio Sanchez Barranco Percusiones ReuSonicas y tradicionales voz FOTO MARTI FRADERA / Martí Fradera

Nando Cruz

Nando Cruz

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Como en tantas otras ciudades, en Barcelona la oferta musical está distribuida de forma muy desigual; reluce con fuerza en determinados barrios mientras que en otros apenas hay rastro. Durante la pandemia, esa brecha cultural ha sido aún más flagrante, pero si una iniciativa ha perseverado en su labor niveladora ese ha sido el programa Barcelona Districte Cultural impulsado por el ayuntamiento y cuyas actividades llegan hasta una treintena de barrios: desde Badal hasta Ciutat Meridiana y de la Barceloneta a Sant Gervasi. Este cuatrimestre el ciclo ha sido especialmente fértil, pues a las fechas previstas para otoño se han sumado otras reprogramadas tras las cancelaciones de primavera. Ha sido un salvavidas para cientos de artistas y una alegría para miles de ciudadanos.

El sábado la música llegó a la Teixonera, pequeño barrio encajonado entre el Carmel, el Coll, la Clota y Vall d’Hebron. Aquella escarpada ladera adquirida y urbanizada a principios del siglo XX por Joaquim Taxonera, un empresario zapatero que hizo fortuna en Filipinas, se transformó en los años 60 en el barrio superpoblado que conocemos hoy. A 300 metros de la Ronda de Dalt, en el número 75 de la calle Arenys, la estrecha arteria central que toma su nombre de la ciudad natal de Taxonera, está ubicado el Centre Cívic Teixonera. Y aunque este equipamiento municipal está especializado en danza, a la práctica dispone de uno de los contadísimos escenarios del barrio en los que se puede programar música en vivo. Un concierto es todo un acontecimiento en la Teixonera, sí. Pero el de este fin de semana lo fue insólito por muchas otras razones.

Futbolín, canicas y globo

No puede haber mejor forma de ganarse la atención del público que sacar una barra de futbolín con sus cuatro defensas, acercársela a los labios, soplar y que suene como una flauta travesera. Bueno, sí. Que otros dos instrumentistas lo acompañen agitando una bolsa de canicas y liberando ruidosamente el aire de un globo. Así las gasta la Orquestra Reusónica Trío, chiripitifláutico combo que toca cualquier artilugio imaginable. En el escenario había cubos, maletas, sillas plegables, hula-hops, vallas de obra… “Todo lo que veis son instrumentos. Que sean musicales, hay que demostrarlo”, aceptaba Xavi Lozano, antes de agarrar una rueda de bicicleta y hacerla sonar como una flauta. ¿Sería una biciflauta?

El italiano Rocco Papia, con su guitarra acústica, marcó el guion de un repertorio dedicado al mar. Y así fue como, sin movernos de la calle Arenys, desde la que no se ve el Mediterráneo, viajamos musicalmente de Brasil a India, de la siciliana isla Favignana al colombiano río Magdalena, del jazz fusión al folclor castellano, de Lucio Dalla a Totó la Momposina. Papia tocó una kora mandinga fabricada con una lata de café y varios hilos de pescar. Y haciendo girar otra rueda de bicicleta, Lozano nos hacía oír las olas del mar. De repente, una vieja tabla de surf se transformaba en una suerte de tabla india. Y una caracola de mar gigante en… ¡A ver: Una caracola de mar gigante ya es un instrumento! El percusionista Antonio Sánchez completaba el espectáculo sonoro sacudiendo manojos de llaveros de la Torre Eiffel y bolsas de plástico, rasgando botellas de Anís del Mono y sumergiendo cachivaches varios en un barreño con agua.

Mensaje ecologista

El espectáculo ‘Fem música de l’insòlit’ de la Orquestra ReuSònica Trio tiene un objetivo artístico y una intención social: concienciar al público de cómo estamos destruyendo el mar. “Cada minuto se descarga en el mar un camión lleno de plásticos. Y llevamos una hora de concierto”, calculó el italiano para obligarnos a imaginar la cantidad de toneladas de residuos que se habrán vertido en el mar mientras estábamos tan felices en la sala polivalente del centro cívico. Papia aseguró que el principal productor de plástico del planeta es Coca-Cola y que la solución es nuestra: pasa por dejar de comprar plástico. El público enmudeció. La música volvió a sonar gracias a un vibráfono hecho con botellas de plástico de dos litros de Coca-Cola. Hay plásticos que cobran nuevos usos.

El concierto concluyó como arrancó: a ritmo de samba. Esta vez, con una chancla, dos tuberías de plástico, un tubo de buceo y una tapa de cazuela como instrumentos musicales. Los dos niños que se habían pasado el concierto aquejados por una suerte de baile de san Vito echaron el resto. Y en cuanto se encendieron las luces, los adultos se acercaron al borde del escenario. Parecía que una riada había arrastrado hasta la sala polivalente del barrio un montón de basura. Pero no, esta vez había sido un espectáculo musical.