Estrenos de cine

'Wonder Woman 1984', una superheroína en la América de Reagan

Tras infinidad de aplazamientos por la pandemia, por fin llega a los cines (y a a HBO Max en EEUU) la segunda entrega de las aventuras de Diana Prince

Gal Gadot, en un fotograma de 'Wonder Woman 1984'

Gal Gadot, en un fotograma de 'Wonder Woman 1984' / El Periódico

Beatriz Martínez

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‘Wonder Woman 1984’ ha librado una larga batalla hasta aterrizar en la cartelera. Su estreno se ha ido retrasando en repetidas ocasiones, en total casi un año, hasta que por fin Warner Bros. Pictures ha decidido darle salida justo una semana después de anunciar que todas sus películas del 2021 en Estados Unidos simultanearán la ventana tradicional con la digital a través de HBO Max. La directora Patty Jenkins ha tenido que agachar la cabeza y aceptar la situación a pesar de que la película está concebida para verse en pantalla grande, ya que ha sido rodada en 35 mm y en IMAX de 65 mm para crear una mayor sensación de espectáculo y ha costado 200 millones de dólares, 50 más que su predecesora.

Está claro que el panorama en el que desembarca el segundo episodio de las aventuras de Diana Prince es muy diferente al de hace tres años cuando ‘Wonder Woman’ se convirtió en todo un fenómeno social y superó los 800 millones de dólares de recaudación. Un éxito de taquilla y el nacimiento de un icono de la cultura popular que preconizaba el empoderamiento femenino dentro de un género, el de los superhéroes, tradicionalmente masculino.

“Estábamos terminando de rodar la primera parte y yo estaba exhausta, había sido un trabajo durísimo, pero tenía claro que esto acababa solo de empezar”, cuenta Patty Jenkins. “Habíamos contado el origen de Wonder Woman, pero ahora teníamos que profundizar más en ella y contar su evolución en nuestro mundo. Básicamente, la relación de Diana con la humanidad”.

Gal Gadot, en un fotograma de 'Wonder Woman 1984'

Gal Gadot, en un fotograma de 'Wonder Woman 1984' / El Periódico

La acción se sitúa en 1984, en la Norteamérica de Ronald Reagan. No es una fecha casual, además de la novela de George Orwell (el tema de la manipulación a través de las pantallas se encuentra presente), la vinculación con la era Trump resulta evidente. Los responsables querían hablar de la ambición y el poder y de su lado más oscuro, hasta qué punto puede pervertir y crear monstruos. Por eso el capitalismo se encuentra presente casi desde el inicio de la película, cuando la heroína salva a una niña en un centro comercial, símbolo por antonomasia del consumismo.

Pedro Pascal y Kristen Wiig

En realidad, la ambientación ochentera tiene muchas más implicaciones políticas y sociales que las meramente estéticas. Por supuesto, hay cardados, hombreras, riñoneras, colores estridentes, pero también conflictos bélicos originados por el petróleo, obsesión por las armas nucleares y, en general, una perversión absoluta del sueño americano a través de la codicia y la falta de escrúpulos para conseguir alcanzar la cima. Precisamente de ese lugar oscuro surgirán los dos villanos de la función: Max Lord (el ‘mandolariano’ Pedro Pascal), una deformación grotesca de un magnate de Wall Street y Bárbara Minerva, (Kristen Wiig) una gemóloga insegura que se convertirá en Cheetah, una depredadora alfa, que está dispuesta perder los rasgos de humanidad para sentirse superior e invencible. “Se trata de dos antagonistas poco comunes”, dice Kristen Wiig. “Son personas que en el fondo se sienten solas, perdidas, invisibles, menospreciadas por la sociedad y por eso se cargan de odio y rabia hasta que terminan explotando. Pero lo interesante es que ambos tienen un poderoso arco evolutivo, vamos asistiendo a su transformación, lo que los hace personajes muy ricos”.

¿Y qué hace Diana Prince en 1984? “Lleva un perfil bajo, está sola, no ha logrado integrarse y recuerda el pasado. También descubriremos que no es perfecta, que también cae en tentaciones. Y es que ser un héroe no es nada fácil, es súper difícil”, bromea Gal Gadot, que vuelve a enfundarse el traje de Wonder Woman, en realidad en dos trajes, porque en la pelea final la veremos con una impresionante armadura con alas dorada inspirada en el estilo de Alexandre McQueen y Thierry Mugler. 

Chris Pine, en un fotograma de 'Wonder Woman 1984'

Chris Pine, en un fotograma de 'Wonder Woman 1984' / El Periódico

Se ha hablado mucho del regreso de Chris Pine y de su personaje Steve Trevor. En efecto, los guionistas se las han ingeniado para que aparezca de nuevo creándose un curioso juego de espejos con la primera parte, donde era él quien le enseñaba su mundo a ella, mientras que en esta ocasión se siente como un pez fuera del agua.

Parte del rodaje en Almería

En el prólogo de la cinta volveremos a disfrutar de las aguerridas amazonas en la isla de Temiscira a través de un 'flashback', y la frase “una heroína no nace de la mentira” se convertirá en leit motiv de la narración. “Se trata de autenticidad. Es una de las cuestiones por las que creo que Wonder Woman ha calado tanto en el imaginario colectivo. No se trata de una mujer peleando como los hombres. No va de eso. Nuestros cuerpos son diferentes, nuestros movimientos también y así es como lo hacemos nosotras, que no tiene que ser la forma como lo hacen ellos”, continúa una reivindicativa Gadot. “Ver plasmado eso creo que resulta inspirador”.

La película se rodó en Estados Unidos, Inglaterra, Gales y España, en concreto en la Alcazaba de Almería (en la que se recrea el palacio de un emir) y en las islas de Tenerife y Fuerteventura, que fueron el escenario de las Olimpiadas de las Amazonas y de una de las escenas de acción, con vehículos, más espectaculares. 

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