'El inconveniente': las lecciones de la abuela

La ópera prima de Bernabé Rico es una de esas comedias sin muchas pretensiones que tienen un calado humano que las dignifica. Supone el choque entre dos generaciones de mujeres a través de una septuagenaria que intenta disfrutar al máximo del tiempo que le queda rebelándose contra la dictadura de la vida sana (fumando y bebiendo) y una treintañera exitosa en lo profesional obsesionada con el orden y la rigidez.

La película parte de la obra teatral de Juan Carlos Rubio, ‘100 metros cuadrados’ que a su vez se basa en historias reales sobre la venta de pisos que imponen como condición albergar a su propietario original hasta el día de su muerte. Este origen fúnebre se convierte en material cómico para una película que habla sobre la soledad en la vejez desde un punto vitalista y sobre la importancia que le damos a las cosas superfluas. Mensajes un poco manidos e incluso algo moralistas por la manera en la que se abordan, sin muchas más aristas y siempre a través de frases hechas poco afortunadas.

Aunque si por algo destaca ‘El inconveniente’ es por Kiti Manver y su composición de esa excéntrica anciana capaz de convertirse en el centro de atención sin demasiado esfuerzo. Juana Acosta consigue mantener el tipo y juntas componen un tándem sólido que parece sacado de una película clásica. Lástima que la sensación general sea rutinaria más allá de los logros interpretativos.