Frente a la intolerancia, el baile

A lo largo de dos décadas como prolífico 'showrunner', Ryan Murphy ha convertido la cirugía plástica en algo dramáticamente apasionante, ha amasado premios recreando casos criminales célebres como los de O.J. Simpson y Gianni Versace, y ha convertido la pequeña pantalla en territorio de brujas, y sectas, y manicomios, y casas embrujadas, y payasos asesinos. Sin embargo, lo que le ha convertido en uno de los autores más reconocibles de la televisión es su interés en la figura del marginado, y en celebrar comunidades tradicionalmente arrinconadas en los márgenes de la sociedad. Y eso explica que, según confiesa él mismo, su tercera incursión en el ámbito de la ficción cinematográfica -las dos anteriores fueron los largometrajes 'Recortes de mi vida' (2006) y 'Come, reza, ama' (2010)- sea una de sus creaciones más personales.

«Lo vi en Broadway en enero del 2019, en una etapa algo oscura de mi vida, e inmediatamente comprendí que hablaba de mí mismo», recuerda Murphy acerca del espectáculo homónimo en el que se basa 'El baile (The prom)', su regreso al género musical tras las seis temporadas de la teleserie 'Glee'. Sus protagonistas son un grupo de actores teatrales que, con el fin de restaurar su dañada reputación, se presentan en un instituto de Indiana -es decir, la América de Trump- para apoyar públicamente a una estudiante lesbiana a la que se le ha prohibido acudir al baile de graduación. «Yo también crecí en Indiana, y a mí tampoco se me permitió asistir al baile. Y ojalá que entonces yo hubiera tenido la posibilidad de ver una película como esta». 'El baile (The prom') está disponible en Netflix desde el pasado viernes.

Para llevar a cabo la adaptación, además del apoyo financiero de Netflix, Murphy ha dispuesto de un elenco estelar encabezado por estrellas como Meryl Streep, Nicole Kidman, James Corden y Kerry Washington, a las que sometió a una estricta preparación previa al rodaje. «Los ensayos se convirtieron en algo parecido a un campo de entrenamiento militar; hubo heridas, y se necesitaron bolsas de hielo. Meryl, por ejemplo, trabajó como una atleta durante al menos cuatro meses para aprender a cantar y a bailar», asegura el director.

Streep, la veterana

«Soy el miembro más veterano del reparto, y sin embargo nadie tiene tantas coreografías en la película como yo», añade al respecto Streep, que en todo caso ya había cantado y bailado frente a la cámara en títulos como' Mamma Mia!' (2008) e 'Into the Woods' (2014). Y no es la única de los intérpretes con experiencia previa en el cine musical: Kidman obtuvo un gran éxito gracias a 'Moulin Rouge!' (2001), y Corden participó en el reciente fiasco 'Cats' (2019). «En general, la gente que baila me parece un espectáculo realmente fascinante», explica la tres veces oscarizada acerca de su amor por el género. «Los musicales tienen la capacidad de liberarnos de la presión y la tristeza que sentimos en nuestra vida, sea cual sea el motivo».

Como la producción teatral que toma como modelo, 'El baile' asimismo reivindica el poder del baile y la cultura en general para educar a la gente. «Por supuesto, es necesario que se legisle y que los ciudadanos voten, pero estoy convencida de que el arte también es una herramienta para provocar el cambio social», opina Washington, cuyo personaje es lo más parecido a un villano que la trama de la película incluye. «Las películas que vemos en las salas de cine o en el salón de casa nos informan de quiénes somos y cómo es nuestra sociedad, y nos invitan a transformarnos».

En todo caso, el motivo por el que Murphy considera que este es el momento idóneo para una película como El baile es otro. «Lo que más necesitamos en estos tiempos es escapismo, y algo que nos haga sentirnos bien», indica el director. «Y sobre todo, a todos nos hace falta amor. Ahora más que nunca, es imprescindible mantener viva la esperanza en la humanidad».