Los discos de la semana

Crítica de 'Oh! Pardon tu dormais...', de Jane Birkin: renacer tras el dolor

Los nuevos álbumes de Cuushe, Taylor Swift, Cruz Cafuné e Ignasi Terraza & Randy Greer, también reseñados

ICULT JANE BIRKIN FOTO NATHANIEL GOLDBERG

ICULT JANE BIRKIN FOTO NATHANIEL GOLDBERG / Nathaniel Goldberg

Jordi Bianciotto / Juan Manuel Freire / Roger Roca / Ignasi Fortuny

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En los últimos tiempos, el devenir de las cosas ha amenazado con borrar del mapa la sonrisa secular de Jane Birkin. Pensemos en la muerte, en el 2013, de su hija mayor, Kate Barry, al caer del cuarto piso en el que vivía (quedó en suspenso la tesis del suicidio), y en el rebrote de la leucemia diagnosticada casi dos décadas atrás, ahora bajo control. Salvada una vez más por su difunto ex, Serge Gainsbourg, a quien regresó en el álbum ‘Le symphonique’ (2017), no entregaba canciones frescas desde el melancólico ‘Enfants d’hiver’ (2008), cuando llega ahora, de la mano de Étienne Daho, esta nueva obra bella y reconfortante.

Los orígenes de ‘Oh, pardon tu dormais...’ se sitúan en la película del mismo título, en la que Birkin es la mujer que dialoga con su marido dormido, ambos en el lecho conyugal, poniendo palabras a deseos, carencias y resentimientos. Estrenada en 1992, siete años después se trasladó al teatro, y al escenario de La Gaîte Montparnasse fue a verla el fan Étienne Daho, que vio ahí material para su conversión en canciones y que, pasado el tiempo, la ha alentado a dar el paso. Daho es el coproductor y coautor de las músicas (junto a su cómplice Jean-Louis Piérot, ex-Les Valentins), mientras que las letras son de ella. El vínculo Birkin-Daho ya dio frutos aislados en el pasado: aquel dueto en ‘La grippe’, de Brigitte Fontaine y Jacques Higelin, inmortalizado en el álbum de Birkin ‘Rendez-vous’ (2004), o la revisión de ‘Les dessous chics’, de Gainsbourg, como ‘extra’ de ‘Daho pleyel Paris’ (2009).

El canto en la herida

Pero esto es otra cosa, y revela una honda compenetración entre ambas partes a la hora de expresar con música pensamientos íntimos, que llegan a cubrir parcelas vivenciales muy dolorosas, más allá de la historia contada en el filme. A partir de la esbelta pieza titular, dueto vocal asentado en el piano y envuelto en cuerdas ensoñadoras, el cancionero avanza entre atrayentes tinieblas hasta llegar a tocar la herida: ‘Cigarettes’ invoca a Kate a ritmo de cabaret berlinés deslizando una imagen audaz (“mi hija se tiró por la borda, y en el suelo la encontramos”), y ‘Les jeux interdits’ rememora viejos juegos infantiles en el cementerio cercano a la casa familiar en Normandía, con una cadencia ‘folkie’ que puede hacer pensar en ‘La chanson de Prévert’.

Este es un álbum de hermoso pop adulto, muy Daho, que desprende señales lúgubres, pero también simpáticas y majestuosas. Con melodías diáfanas, atmósferas señoriales y ‘grooves’ con una sensualidad digna de Gainsbourg. Domina la noble hechura de las composiciones, con altas muestras como ‘Pas d’accord’ o ‘Ta sentinelle’, que Birkin aborda con su eterno hilo de voz sentida y susurrada, que ahora, más que nunca, a punto para los 74 (los cumple el lunes), carga con el maremágnum emocional de toda una vida. - Jordi Bianciotto

OTRAS NOVEDADES

Tras una temporada en el infierno (acoso traumático, hospitales), la artista dream-pop japonesa entrega su obra de emociones más intensas. Su voz nunca ha sonado tan clara ni sus melodías tan punzantes. Pero este es un disco de resurgimiento, no de hundimiento, como deja clara esa mayor insistencia en el beat: “Emergence” remite al house sui generis de Yaeji y “Not to blame” se mueve con pulso drum’n’bass. La cima debe ser “Beautiful”, que hace honor a su título. – Juan Manuel Freire

Este EP de 8 canciones, anticipo de un próximo álbum, hace presagiar un gran año para Cruz Cafuné. El canario está suelto, ligero, flota sobre su gran habilidad para ir de los versos duros a los suaves. Habilidad isleña. Con su particular manera de rapear, sus letras cuidadísimas llenas de ingenio y significado, el artista canario presenta un trabajo más oscuro que su último disco, 'Moonlight922'. En definitiva, un majestuoso anuncio para confirmar que viene el disco. - Ignasi Fortuny

¿Cuántos discos navideños se pueden hacer sin repetirse? Terraza y Greer, piano con mucha clase y voz con mucho swing, van por el segundo. El primero, “Christmas Swings In Barcelona” (2003) recreaba los clásicos con muy buen gusto. Este es más atrevido: canciones propias que suenan como si fueran clásicos -mejor la música que las letras, eso sí- y versiones poco trilladas con un “latin tinge” muy Nat King Cole. Reconforta y te deja una sonrisa puesta. ¿Qué hay más navideño que esto? - Roger Roca

El ‘disco de confinamiento’ de Swift se multiplica por dos y, solo cinco meses de ‘Folklore’, llega su hermano, también lanzado por sorpresa y de clima cálido y envolvente. El mismo equipo (Aaron Dessner, de The National; Bon Iver, Jack Antonoff) en un nuevo repertorio de interioridades despiertas, con el roce de las guitarras y el pianismo reposado al servicio de canciones con miga, incluyendo destellos de r’n’b y pop (oigan ‘Gold rush’) que insinúan, ay, una añoranza de euforias pasadas. - J. B.

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