Documental

'My Mexican Bretzel': la magia de jugar con las imágenes

El filme de la debutante Nuria Giménez es un fascinante experimento repleto de capas tan reveladoras como poéticas

Estrenos de la semana. Tráiler de ‘My Mexican Bretzel’

Beatriz Martínez

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La mentira es otra forma de contar la verdad. ¿No es esa la propia naturaleza del cine? ‘My Mexican Bretzel’ comienza con esta frase que de alguna manera debería alertarnos sobre aquello que vamos a ver, aunque en realidad, el cuestionamiento de las imágenes será a posteriori, cuando una vez terminado este viaje el espectador encuentre un verdadero sentido a todo ese material en el que se ha sumergido y por el que se ha dejado absorber.

La debutante Nuria Giménez parte del 'found footage' para componer un mecanismo narrativo que rompe muchas barreras, entre ellas la del documental y la ficción, pero también las del artificio y la emoción. Así, a través de la manipulación de las imágenes de archivo (que abarcan desde los años cuarenta a los sesenta) la directora nos adentra en un universo profundamente confesional, el de una mujer que nos abre la puerta de su intimidad a través de una especie de diario filmado en el que hay espacio para hablar del deseo, de la decepción, de los miedos y las fortalezas.

La protagonista, Vivian Barnett casi podría ser una heroína de Douglas Sirk. En las grabaciones caseras la vemos en una serie de estampas cotidianas que parecen idílicas, pero las palabras que las acompañan en intertítulos ponen de manifiesto la falsedad de esa fachada. Esa idea, la de las máscaras, aquello que se oculta y se silencia, lo que es verdad o mentira, estará siempre presente en este fascinante experimento repleto de capas tan reveladoras como poéticas.