FESTIVAL DE JAZZ DE BARCELONA

El baño de realidad de Brad Mehldau

El pianista, que debía haber actuado el 4 de noviembre, presentará finalmente en enero un disco inspirado en la pandemia

El pianista norteamericano Brad Mehldau

El pianista norteamericano Brad Mehldau / El Periódico

Roger Roca

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La última vez que Brad Mehldau se sentó al piano en un auditorio fue el pasado jueves, en el legendario Concertgebouw de Amsterdam. La platea estaba vacía. En su breve recital los únicos testigos eran las cámaras de la sala, que documentaba el concierto en su canal de Youtube. Pero ya es más de lo que han podido hacer muchos compatriotas de Mehldau. Casado con la cantante holandesa Fleurine Verloop, el pianista vive desde hace tres años en Holanda y es uno de los pocos músicos norteamericanos que han podido girar por Europa durante la pandemia. “En esta gira he sentido un agradecimiento mayor por la oportunidad de vivir un concierto. Para mí, un concierto siempre es intercambio, no un monólogo. El público me devuelve algo que es vital para la música que hago. Y desde el Covid-19 aun estoy más convencido de ello”, dice el pianista desde Amsterdam.

Aun así, la gira ha tenido sus sinsabores en forma de cancelaciones y conciertos aplazados. “Lo he dejado en manos de las autoridades de cada país”, resume con resignación. Su concierto a piano solo en el Palau de la Música, uno de los platos fuertes del 52º Voll-Damm Festival de Jazz de Barcelona previsto para el pasado 4 de noviembre, se ha aplazado al 14 de enero, cuando se le entregará la medalla de oro del festival.

Mehldau fue uno de los primeros músicos en aventurar sus impresiones sobre la pandemia. Lo hizo con 'April 2020', un disco a piano solo grabado grabado al principio del confinamiento, que será el núcleo de su concierto en Barcelona. Son composiciones breves en las que tradujo al piano conceptos como “distancia social” y sensaciones propias de esas primeras semanas de encierro. “Uncertainty” (incertidumbre), “Waiting” (la espera) o “Stepping outside” (salir fuera) son títulos de algunas de las piezas de un disco que incluye una nana, dice, para ayudar a quienes tienen problemas para conciliar el sueño. Y como coda, una canción de Neil Young y otra de Billy Joel en las que Mehldau encuentra consuelo.

Con la perspectiva de estos meses, el pianista, reflexivo por naturaleza, hace balance. Yo he cambiado. Como todos. Pero la vida es cambio. Y en este caso, se trata de cambios compartidos por toda la Humanidad. Las dificultades son oportunidades para crecer, individual y colectivamente. Creo que más que nunca, somos una gran familia. Es lo mismo que ocurre con la situación política, y no hablo solo de los Estados Unidos. No puedes ignorar a alguien de tu familia. Y por doloroso que resulte, eso es algo bueno. No deberíamos escondernos los unos de los otros ni condenar a nadie”.

 La política apareció por sorpresa y con fuerza en su anterior disco, “Finding Gabriel”. Un trabajo inspirado por la lectura de la Biblia que le valió el Grammy al mejor álbum de jazz instrumental del 2019: paradojas de los premios, puesto que este es el primer disco del pianista en el que la voz tiene un papel importante. “Finding Gabriel” es un álbum de sonido electrónico dominado por sintetizadores y las voces en el que se palpa el clima tenso de la América de Trump. “Es el disco más político que he hecho. Trata sobre la comunicación, sobre escuchar. “Finding Gabriel” es una crítica a cómo hemos llegado hasta aquí, pero también una búsqueda: ¿cómo podemos recuperar la fe en la comunicación, la fe en los demás? Para mí, encontrar a Gabriel era eso: encontrar la voz de la verdad. Pero para encontrarla hay que dejar atrás el ruido y escuchar. Como ser humano, este es mi cometido”.

El ruido, para Mehldau, es el de la crispación. “¡Construid el muro, construid el muro!”, grita una multitud en la pieza clave del disco, “The prophet is a fool”, mientras una niña y Mehldau hablan sobre un “falso profeta” que es, inequívocamente, Trump. Ante las críticas, el pianista se defendió por escrito alegando que no quería parodiar a todos los votantes de Trump, sino describir a esos fanáticos como víctimas de su propio miedo y odio.

“'Finding Gabriel' dista mucho de ser perfecto. Estoy contento con la música, pero el mensaje quizás era demasiado estridente y divisivo. Podría haber llegado a más gente”, opina Mehldau, que en sus aclaraciones escribió que aunque le inquieta “la violencia de algunas manifestaciones Antifa”, asegura que sabe muy bien de qué lado viene el auténtico peligro. El movimiento Black Live Matters ha impactado de lleno en la comunidad del jazz norteamericano, pero Mehldau es prudente al evaluar qué efecto tendrá a largo plazo. “Es demasiado pronto para saberlo. A mí personalmente me ha llevado a tomar una mayor consciencia sobre el tema del racismo”.

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