fenómeno musical

Rigoberta Bandini pone a bailar el espíritu

Rigoberta Bandini, en el cuerpo de Paula Ribó

Rigoberta Bandini, en el cuerpo de Paula Ribó / periodico

Ignasi Fortuny

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Hace muy poco que Rigoberta Bandini no tenía el placer ni siquiera de conocerse a sí misma. Iba a ser tan solo el nombre de una carpeta del ordenador en el que Paula Ribó archivaba sus canciones. Pero acabó siendo elevado a alias artístico, surgido fruto del poso que se quedó en el cerebro de la catalana de las novelas de John Fante (de su protagonista, Arturo Bandini). Con escasísimas canciones publicadas, la quinta tiene poco más de una semana de vida, se ha convertido en un fenómeno de estos que no se explican con teoria. Quizá poder bailar empapado de lágrimas, una posibilidad que dice que ofrece su música, haya conectado con este preciso momento. El título de su primer tema, 'Too many drugs', es revelador. 

"Quería hacer las canciones que a mí me gustaría escuchar. Estas que escuchas y no puedes parar de escuchar porque te emocionan pero al mismo tiempo son como de celebración vital", define Ribó. "Creo que la gente tiene muchas ganas de cultura y llegó este verano tan raro y se empezó a viralizar", añade. Ayudó también el empujón que le dió C. Tangana al incorporar  'In Spain we call it soledad' a una de sus 'playlist' en Spotify. 

Con 30 años ha encontrado la manera perfecta de condensar todo aquello que la ha movido artísticamente. Teatro, poesía, doblaje y música como integrante del trío The Mamzelles. Rigoberta Bandini es fruto de todo este eclecticismo y de una clara inspiración en clásicos. "Me emociona mucho Franco Battiato. Siempre escucho música como anticuada: Mocedades me flipa, Julio Iglesias (esto es culpa de mi madre), Cecilia, gente como de los 60...", enumera. Pero, a su vez, con un envoltorio hecho a base de electrónica: "Nunca lo hubiese pensado. Pero con la electrónica vi que subía mucho la emoción y el mensaje que quería transmitir". Sin ir más lejos, su último tema, 'Cuando tú nazcas', define todo esto a la perfección: es una versión de Mocedades y es una nana electrónica dedicada a su hijo, de pocos meses. 

Rigoberta Bandini conoce poco a su público (ha hecho tan solo un concierto) pero parece que conecta de manera intensa con gente diversa con su música que desprende un aura de espiritualidad en todo momento. Ella, dice, siempre ha tenido "inquietudes espirituales" aunque hace dos años empezó a hace un trabajo más introspectivo. "Todo el mundo está perdido, desde el niño de 16 años hasta un hombre de 46. La experiencia de vivir es muy intensa y siempre estás como intentando aferrarte a una cosa para entender quién eres y a qué has venido. Con mi música intento hacer penetrar estos mensajes", sentencia. "Me he dado cuenta de que la gente está sedienta de cosas que hablen de la normalidad, de su cambio vital, de la búsqueda", añade.

"La gente está sedienta de cosas que hablen de la normalidad, de su cambio vital, de la búsqueda"

Paula Ribó

— Rigoberta Bandini 

La conexión llega por la honestidad en sus letras en las que incorpora el "autoridículo". Define: "En 'Spain we call it soledad' hay mucho humor en una cosa que tendría que ser una canción de desamor supertrágica". A día de hoy, su música se puede recibir desde la profundidad, intimidad, o desde la exaltación de una fiesta. "Cuando empecé a escribir me hice una especie de mantra que dice: 'he venido a conectar a la gente con Dios a través de mi música'. Dios es lo que tú quieras. Y de alguna manera se está cumpliendo", comenta, satisfecha.

Seguramente, Ribó ya conectó antes con usted cuando cantaba con The Mamzelles. O quizá aún lo haga. Si es de los que pasa por un contenedor amarillo y aún le retumba en la cabeza el espot "Encara que siguis de plàààstic" (protagonizado por el trío), Rigoberta Bandini le tiende la mano para reconciliarse.

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