NUEVO DISCO DE LA CANTANTE Y PIANISTA DE TERRASSA

Gemma Humet: "Quería un cambio evidente, no sutil"

La cantautora cruza su mundo poético con la electrónica en 'Màtria', álbum producido por Jordi Casadesús (La Iaia, Núria Graham) en el que pone música a una letra inédita de su tío, el desaparecido Joan Baptista Humet

La cantautora Gemma Humet

La cantautora Gemma Humet / periodico

Jordi Bianciotto

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Esbeltas líneas electrónicas, la batería que imprime un sello muscular, capas de voces etéreas... ¿Qué ha pasado aquí? “En algún momento tuvimos miedo de que el disco se nos escapara de las manos”, confiesa Gemma Humet, que ahora, ya superados los momentos de titubeo, se muestra orgullosa del giro que da a su carrera en su tercer disco en solitario, ‘Màtria’, en el que se distancia del perfil de cantautora clásica. Ella deseaba que se apreciara “un cambio evidente, no sutil”, y ahí está, como fruto de su alianza con Jordi Casadesús, músico y productor conocido por sus labores con La Iaia y Núria Graham.

La cantante y pianista de Terrassa se toma el álbum como un “punto y aparte”, atendiendo a su idea de que “la música es un juego” y haciendo notar sus ganas de exploración. Lleva pisando escenarios desde los 19 años (hace 11) y le apetecía reflejar en la música los cambios que ha experimentado su vida, entre ellos la doble maternidad. Y no solo en cuestiones sónicas, sino también en los textos: aquí, los suyos conviven con poemas de Maria Mercè Marçal y de cuatro autores contemporáneos, Roc Casagran, Estel Solé, Mireia Calafell y Sònia Moll. “Tenía curiosidad por adaptar la poesía a esta sonoridad”, explica. “Y me siento útil dando otra vida a estos poemas, de modo que lleguen a la gente de otra manera”.

Perfección en la debilidad

El título del álbum es “una reconstrucción del término ‘patria’”, señala, apuntando al neologismo ya formulado en el pasado por autoras como Virginia Woolf o Isabel Allende. Apelando a él desea defender que “el feminismo a veces no está tanto en las grandes declaraciones como en las pequeñas luchas cotidianas”, explica Gemma Humet, que engloba ahí “la maternidad, la sororidad y la ruptura de estereotipos”. Ahí está una de las canciones, ‘La mesura de la passió’, que dice: “potser ser dèbil també és ser perfecta”.

Otra de las piezas, ‘Solitud’, es un caso aparte: su origen es una composición de su tío, el desaparecido Joan Baptista Humet, que este llegó a interpretar en concierto pero que nunca grabó. Solo se conserva la letra y unas notas con unos acordes, a partir de los cuales ella ha construido una nueva partitura. “Ni siquiera los músicos que tocaban con mi tío se acuerdan de cómo era la música”, explica Gemma, que al principio dudó si meterse en ese jardín. “Coger cosas de mi tío siempre me da respeto”, alega. “Me sabría mal que alguien dijera que me aprovecho”. Este tema no pasó en su día la censura franquista, y ella se pregunta por qué. “Deixa’m odiar-te ingrata terra / Deixa’m odiar la teva sang”, dice el áspero estribillo. “Si alguien lee la entrevista y sabe el motivo, que me lo diga, por favor”.

Un disco sin guitarras

Mirando hacia atrás, observa que en el álbum de debut (‘Si canto enrere’, 2015) pecó de inexperiencia, mientras que el segundo (‘Encara’, 2017) lo grabó un poco desbordada, embarazada de ocho meses y “sin dar para más”. Por eso, ve ‘Màtria’ como el primero que ha controlado en su totalidad. “Sé cuál es el por qué de cada nota, de cada decisión”, precisa. Ahí, si bien ella ya tenía clara la orientación sonora del disco antes de saber quién lo produciría, atribuye un “papel clave” a Jordi Casadesús. Este es un álbum sin guitarras, lleno de pianos (“con sordina”) y sintetizadores, y con la poderosa toma de tierra de la batería de Andreu Moreno, indicada “para que sonara todo un poco más real”.

Sorprende al reconocer que sus gustos musicales van más allá del mundo de los trovadores. “Siempre he escuchado música mucho más comercial de la que hago. Me encanta Beyoncé, y el pop y el r’n’b”, revela. Y en otro orden, un poco más cerca de los parámetros de ‘Màtria’, sitúa a artistas de su gusto como Kate Tempest y James Blake. Pese al giro formal del nuevo disco, más agudo todavía si se tiene en mente su trabajo con Toti Soler de hace dos años (‘Petita festa’), cree que ha sabido conservar “la esencia de la Gemma Humet cantautora, de voz mediterránea, que canta a los poetas”. Una Humet cuyo despliegue escénico, estrenado en el Mercat de Vic, tendrá que esperar. “Todas las profesiones están sufriendo estos días, pero al mundo de la cultura lo están maltratando mucho”, estima. “No es aquel bien esencial que se nos dijo que era”.