CRÍTICA

Una aplaudida 'Flauta mágica' reabre el Palau

La ópera de Mozart se ofreció con voces locales y en versión semiescinifada

la flauta màgica

la flauta màgica / periodico

Pablo Meléndez-Haddad

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El Palau volvió a la actividad después de su cierre obligado y lo hizo con una ‘Flauta mágica’ semiescenificada. Sin diálogos, con la trama resumida en los sobretítulos, la historia fluyó rápida en algo más de dos horas y sin interrupción entre los actos. La ópera de Mozart inauguró a finales de octubre la temporada de la Ópera de Sabadell para después irse de gira por el circuito ‘Òpera a Catalunya’, recalando el sábado en el Palau con algunos cambios en el reparto y dentro de la temporada de una Simfònica del Vallès concentrada y ágil, siempre bajo la eficaz y creativa dirección musical de Daniel Gil de Tejada. Pau Monterde supo condensar con genio su propuesta teatral, contando con el vestuario de Elisabet Castells, marcando esclarecedores movimientos y dirigiendo entradas y salidas.

La obra fue acogida con grandes aplausos por un público reducido, limitado solo a 500 personas debido a las restricciones de aforo. El Palau ya ha programado una segunda sesión –para el 20 de diciembre– con el fin de poder llegar a todos los abonados de sus ‘Simfònics al Palau’, en el que se inserta la ópera. En el ‘cast’ destacó una Serena Sáenz absolutamente radiante como Pamina. Muy convincente la Reina de la Noche de la joven Alba Martínez, que aportó su mejor baza en su dominio de la coloratura y en los sobreagudos. Bien conjuntadas las expertas Tres Damas de Eugènia Montenegro, Anna Tobella y Marta Valero, así como los tres genios de Laura Brasó, Mar Esteve y Cecilia Ferraioli. A distancia se movió la discreta Papagena de Laura Obradors.

El Tamino de Marc Sala comenzó con la voz mermada para recuperarse a partir del aria, pero en el segundo acto ya no cantó, siendo reemplazado en los últimos números por el tenor Andrés Rodríguez, refuerzo del coro. Voluntarioso e inestable el Papageno de Quim Cornet y muy aplaudido el Sarastro de voz profunda de Jeroboám Tejera. Gran actuación la del Coro de los Amics de l’Òpera de Sabadell, completando el reparto Carles Ortiz (Monostatos) y Pau Armengol y Nacho Guzmán (sacerdotes).