VETERANA REVISTA DE HUMOR

'El Jueves', el humor que se atrevió con los reyes

El semanario satírico, pese a multas y censuras, siempre ha tenido a la monarquía en el punto de mira

Portadas sobre Corinna, del pasado marzo, de Guille, y de este agosto, de Juanjo Cuerda.

Portadas sobre Corinna, del pasado marzo, de Guille, y de este agosto, de Juanjo Cuerda. / periodico

Anna Abella

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El entonces príncipe Felipe practicando sexo con Letizia y comentándole, en un momento en que el Gobierno iba a dar 2.500 euros por cada nuevo hijo,"¿Te das cuenta? Si te quedas preñada... ¡Esto va a ser lo más parecido a trabajar que he hecho en mi vida!": aquella portada del 2007 de ‘El Jueves’ acabó costando a sus autores, Manel Fontdevila y Guillermo Torres, una multa por injurias de 3.000 euros. Y otra del 2014, también de Fontdevila, con el ahora emérito, con una pinza en la nariz, pasándole a Felipe una corona sucia y llena de moscas, con el título de ‘El rey abdica’, llevó a la empresa editora, RBA, a retirar 60.000 ejemplares de los quioscos en lo que los dibujantes calificaron de “censura”. Son probablemente los chistes gráficos sobre la familia real española más polémicos del veterano semanario satírico, pero en realidad "durante buena parte de sus 43 años de vida fue la única publicación de humor que criticaba a la monarquía y, de hecho, en el 2002 ‘El Jueves’ ya publicó el libro recopilatorio ‘Tocando los Borbones’”, recuerda Jordi Riera, autor de ‘Las portadas de El Jueves 2014-2020. De la coronación al coronavirus’ (RBA), que acaba de llegar a librerías y donde se constata que siguen teniendo a la familia real en la diana de su humor ácido y punzante: Corinna, la marcha de Juan Carlos el pasado agosto, el dinero en cuentas opacas…

Mientras la ficción televisiva aún no se ha atrevido con la monarquía españolacomo sí ha hecho con la familia real británica la serie de Netflix 'The crown', el humor gráfico lleva años satirizando su realidad.

Coincide con él el actual director del semanario, el dibujante Guille Martínez-Vela. “En los años 90 y en los primeros años del siglo XXI había un pacto no escrito en la prensa en el tratamiento de informaciones de la Casa real, en no cuestionarla. En ‘El Jueves’ la imagen de la Casa Real en los 90 también se trataba de forma bastante amable, el rey aún era una figura entrañable, aunque algunos dibujantes fueran más o menos republicanos. Con el relevo generacional, los autores más jóvenes cada vez se fueron cuestionando más la institución”. 

“En ‘El Jueves’ se nos pone a menudo la medalla de haber abierto el melón de los escándalos, y de hecho sí la merecemos por haber hecho broma sobre una institución que era intocable, pero en realidad es la propia institución la que ha caído por su propio peso, por sus propios escándalos, destapados sobre todo desde el extranjero por la prensa –opina su director-. Aquí lo que se sabía era ‘radio macuto’ y se comentaba en ‘petit comité’”. 

"Relación enfermiza"

Según Fontdevila, que dejó la revista tras la “censura” del 2014 junto a otros dibujantes para montar la digital ‘Orgullo y Satisfacción’ y hoy colabora en ‘eldiario.es’, “este país mantiene una relación enfermiza con la monarquía,  se nos ha hecho entender que no sacaremos nada de cuestionarla. Si lo haces, te dicen que tenemos democracia gracias a ella y equiparan ser antimonárquico con ser antisistema”. “Pese a los escándalos –añade el dibujante- creo que no hay demasiado interés en denunciarlos, ni entre los partidos políticos ni desde las instituciones”. 

 “Cuando dibujé esas portadas sabía que había un riesgo, pero la multa se pagó a gusto porque sabías que dabas a conocer un problema, el de que no se podía hablar del rey”, añade Fontdevila, que cree que “a la monarquía no le interesa enfadarse con estas sátiras porque las denuncias y polémicas solo hacen que dar más visibilidad al tema”. 

"Doble moral"

Con él coincide Martínez-Vela. “La judicialización no fue positiva para la Casa real. Aquella portada no decantó la percepción sobre la monarquía pero sí que abrió el debate sobre si de podía decir según qué sobre una institución como la Jefatura del Estado. Evidenció que había una doble moral, una doble vara de medir en una institución como la Corona”. “La sátira, el humor gráfico, es opinión, implica cuestionarse algo, y eso es muy saludable para el país.”, concluye Fontdevila.  

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