ESTRENOS DE CINE

'Lux Æterna', el aquelarre alucinatorio de Gaspar Noé

El director franco-argentino dirige a Béatrice Dalle y Charlotte Gainsbourg en 'Lux Æterna', epileptico relato de un rodaje con el genuino sello, desafiante e incómodo, del autor de 'Irreversible'

Béatriz Dalle y Charlotte Gainsbourg, en una imagen promocional de 'Lux Aeterna', de Gaspar Noé

Béatriz Dalle y Charlotte Gainsbourg, en una imagen promocional de 'Lux Aeterna', de Gaspar Noé

Beatriz Martínez

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Hace un par de años el director creativo de Saint Laurent, Anthony Vacarello, inició un proyecto multidisciplinario al que llamó 'Self'. Quería plasmar el espíritu de la mítica firma francesa a través de la visión de diferentes artistas visuales que se caracterizaran por su carácter rebelde e iconoclasta. Reclutó al fotógrafo japonés Daidô Moriyama, perteneciente a la escena 'underground' japonesa en los años 60, a la especialista en 'performances' conceptuales Vanessa Beecroft, al controvertido escritor de 'American Psycho', Bret Easton Ellis, al esteticista director kongkonés Wong Kar Wai y a dos auténticos outsiders como son Abel Ferrara y Gaspar Noé

El director nacido en Buenos Aires y afincado en Francia, conocido por obras tan revulsivas como 'Irreversible', aceptó la oferta, pero desde el principio sabía que no se iba a ajustar a las reglas del típico fashion film. Para empezar, lo que iba a ser un vídeo promocional de la nueva colección por debajo de diez minutos se convirtió en 'Lux Æterna', una pieza incatalogable y bizarra de 52 minutos en la que, para ser sinceros, el vestuario era lo de menos. 

Una de las pocas condiciones que le puso Vaccarello fue que eligiera a actrices que hubieran trabajado con la marca. Noé se decantó por una de las musas del diseñador, Charlotte Gainsbourg, imagen de la firma desde el 2017 y por otra ilustre rebelde como es Béatrice Dalle, fiel a sus 'looks' más rockeros. El choque entre ambas intérpretes, además de inédito en la pantalla,  resulta explosivo. 

Como suele ser habitual en las películas del director, apenas había un guion, tan solo cuatro líneas sobre el rodaje de una película sobre brujería que terminaba convirtiéndose en un caos. Todo lo demás sería improvisación (como en<strong> 'Clímax'</strong>) para dar rienda suelta a la experimentación e intentar dilapidar los moldes representacionales. 'Lux Æterna' comienza con una cita de Fiodor Dostoïevski a ritmo de parpadeo lumínico que no hace sino avanzar el delirio final: «Todos gozáis de buena salud, pero ni os imagináis la felicidad suprema que siente un epiléptico un segundo antes de la crisis». 

Referencias cinéfilas

No será la única invocación a modo de mantra, también hay referencias a Jean-Luc Godard, Rainer Werner Fassbinder y Pier Paolo Pasolini, pero hay dos fuentes de inspiración que vertebraron desde el inicio el proyecto: 'Häxan: La brujería a través de los tiempos', de Benjamin Christensen, documental mudo de 1922, y 'Dies Irae', de Carl Theodor Dreyer, del que se ven imágenes. 

El director convierte así a Charlotte Gainsbourg y Béatrice Dalle en dos mujeres atrapadas en un mundo de hombres mientras conversan alrededor de las presiones a las que están sometidas en medio de una industria profundamente patriarcal y machista. 

La pantalla se divide en dos para aprisionar en el cuadro a ambas actrices. Beátrice le cuenta a Charlotte su experiencia cuando protagonizó una película en la que la quemaban en la hoguera (se refiere, aunque no mencione el título, a 'El aquelarre', de Marco Bellocchio), «Menos mal que era buena, porque me pasaba todo el tiempo desnuda delante de montones de hombres», dice. Mientras, Charlotte bebe vino y parece ausente. Puede que sean las escenas más divertidas y autoparódicas que ha rodado nunca Gaspar Noé con la complicidad de dos actrices que disfrutan con el juego. «Charlotte, ¿cómo es que nunca has hecho mierdas? Todas las actrices las hacemos, y yo no te he visto en ninguna mierda». 

Frenesí visual peligroso

A continuación, nos introduciremos en el huracán de un rodaje en el que nada parece salir bien. Dalle se enfrentará al productor, al director de fotografía (todos hombres) que intentan desprestigiarla y sacarla de sus casillas. Gainsbourg se sentirá perdida en medio de esa vorágine de desconcierto. Y mientras, Noé aprovechará para se convertirse en el demiurgo de toda esta tramoya en la que los límites de la realidad se difuminan para adentrarnos en la alucinación

Pero hay algo que diferencia a 'Lux Æterna' del resto de películas de Gaspar Noé. Todas son incómodas de ver por una u otra razón, pero en este caso la molestia es física. Su visión provoca un auténtico desafío para el espectador, ya que pone al límite su capacidad ocular y lo conduce a un estado de frenesí visual y sensorial catatónico. Justo en ese punto en el que lo hermoso se convierte en peligroso. 

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