PRUEBA DE RESISTENCIA

Francesco Tristano, 12 horas seguidas al piano en el Liceu

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Marta Cervera

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"Al final fue duro, tenía rampas en una pierna", reconocía este miércoles por la mañana el pianista Francesco Tristano en el Liceu tras interpretar 'Vexations', una obra que compuso un torturado Érik Satie cuando la pintora Suzanne Valadon le dejó por un acaudalado banquero. Interpretar esta ultramatarón supone un reto para cualquier músico. Tristano lo celebró estirando el brazo con el puño en alto en señal de victoria. "Es como hacer un 'ironman'", resumía cansado pero feliz. Y no ha sido tanto por la dificultad técnica de la obra sino por el esfuerzo que exige repetir obsesivamente durante 12 horas una breve balada de menos de un minuto de duración y 152 notas 840 veces. "Las primeras cuatro horas han ido divinas. Después, cuando iba por la séptima y octava, ya me costaba y al final, también", admitía Tristano tras su singular debut en el Liceu, con la sala vacía, que el público pudo seguir por 'streaming'. 

Everest musical

Culminó esta subida al Everest en versión piano con nota. Empezó con ánimos a las 20.15 del martes y acabó al día siguiente, a las 8.15. "Las luces que iban cambiando de intensidad me han ayudado", explicaba mientras alguien recogía los cristales transparentes que rodeaban el círculo donde estaba el majestuoso piano, muy cerca de los proyectores dispuestos a su alrededor. El espacio era vital para inspirar al músico pero también lo fue el equipo que le acompañó en la gesta: su mujer Rut, cuidándole en todo momento y preocupándose que tuviera comida, té y café para aguantar; los técnicos y dos pianistas aficionados que ocuparon su lugar en determinados momentos para que pudiera ir al lavabo. Uno de ellos fue Víctor García de Gomar, director artístico del Liceu y el otro, Leticia Martín, su mano derecha. 

"¿Te invito a dormir conmigo?", así fue como García de Gomar descolocó a Tristano la semana pasada cuando le propuso pasar la noche en el Liceu interpretando a Satie. Es la primera vez que un músico ha afrontado en España de principio a fin este reto ante las cámaras.  

"La Generalitat no nos pide hacer 'La traviata' para 500 personas, algo que provocaría un déficit millonario. La situación es frustrante. Si la ópera no puede convivir con el covid, es preferible que nos lo digan"

Víctor Garcia de Gomar

— Director artístico del Liceu

'Vexations' se ha programado con intención. Objetivo: llamar la atención sobre el peligro al que se enfrenta el Liceu si se mantiene la postura del Procicat de no permitir un aforo mayor de 500 personas, es decir el 22% de las butacas, lejos del 50% permitido en teatros tras la reapertura esta semana. "Lo que nos pide la Generalitat hipoteca el futuro del Liceu. Los números no cuadran", explicaba García de Gomar. El Gran Teatre lleva un mes preparando 'La traviata', popular ópera de Verdi. Estrenarla en esas condiciones supondría una auténtica ruina. "La Generalitat no nos pide cerrar el teatro sino hacer 'La traviata' para 500 personas, algo que provocaría un déficit millonario. Esperemos que el Procicat reconsidere ese tope. Tenemos todas las entradas vendidas: 1.100, el 50% del aforo que se permite en restaurantes y gimnasios sin tope alguno".

Con las medidas actuales 7.000 abonados se quedarían sin 'La traviata', un montaje con primeras figuras. El estreno es el próximo 5 de diciembre pero, por si acaso, el Liceu abrió el martes el treatro a 500 personas para que pudieran presenciar el primer ensayo en el escenario con los solistas, coro y orquesta, dirigida por Josep Pons. La cita empezó con '4'33'', una obra de John Cage compuesta de cuatro minutos y treintaitrés segundos de silencio, para evidenciar su preocupación ante la situación actual. "La situación es frustrante. Si la ópera no puede convivir con el covid es preferible que nos lo digan". Ojalá la acción musical de Tristano ayude a aclarar las ideas.  

Él, un pianista todoterreno que ha tocado tanto en el Palau de la Música como en el Sónar, recordaba antes de su actuación la importancia de la música con esta reflexión: "La salud pública, prioridad absoluta, estamos de acuerdo. Pero por favor, no olvidemos que la música es salud. Nietzsche fue mucho más elocuente al respecto: 'Sin música la vida sería un error, un camino agotador, un exilio'".

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