ESTRENO

Crítica de 'La galería de los corazones rotos': Diógenes sentimental

El carisma de Geraldine Viswanathan eleva el discreto material de base de esta comedia romántica

Estrenos de la semana. Tráiler de 'La galería de los corazones rotos'

 Estrenos de la semana. Tráiler de 'La galería de los corazones rotos'. / periodico

Juan Manuel Freire

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Hace una década, la artista Leanne Shapton tuvo la brillante idea de contar la historia de una relación (ficticia) a través de los objetos que Lenore Doolan y Harold Morris, o su amor, dejaron atrás. De aquel falso catálogo de subasta nunca llegó a salir la prometida película, pero ahora llega una comedia romántica con una pregunta similar en el centro: ¿qué historias cuentan los objetos, sobre todo los que quedan en el paisaje después de la batalla amorosa? 

La galerista Lucy (Geraldine Viswanathan) no ha comprado el método Marie Kondo, y para desesperación de sus amigas, almacena mementos de romances acabados. Llamémoslo Diógenes sentimental. Pero a través de un nuevo amigo (Dacre Montgomery), desarrolla otro destino para sus recuerdos y los de otras personas: el museo del título del filme. Por supuesto, la pregunta central acaba siendo, más pronto que tarde, una atemporal y que siempre funciona: ¿se van a liar estos amigos o no? 

La respuesta es fácil de adivinar, el suspense un poco nulo, y no todas las motivaciones dramáticas resultan creíbles. Pero nada de eso importa cuando tienes a una futura estrella como Viswanathan, carisma puro, electrificando cada línea de guion y enamorando a la cámara a cada momento. Su Lucy está por encima de su indeciso e insulso pretendiente y de la propia película.