INFORME DEL CONCA

La industria cinematográfica catalana vivió en el 2019 otro año pésimo

La entrada de los cines Verdi

La entrada de los cines Verdi / periodico

Marta Cervera

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El año pasado fue pésimo para la industria cinematográfica catalana, que ya venía de un 2018 desastroso, según el 'Informe anual de la cultura i de les arts 2019', publicado por el Consell Nacional de la Cultura i de les Arts (CoNCA) este martes y presentado al Parlament. La producción original en catalán solo atrajo al 0,3% de los espectadores y la exhibición de películas en catalán se quedó en un ínfimo 2,3% de la cuota de pantalla. Pero estos datos no serán nada comparados con la debacle que el covid-19 ha provocado en la cultura, algo que también avanza el estudio en cuyas conclusiones se reclama un nuevo marco legal, más financiación pública y una mayor coordinación a nivel estatal, áutonómico y municipal.  Para el CoNCA es vital alcanzar el 2% para la Cultura en los presupuestos de la Generalitat, crear un censo de artistas y desarrollar el Estatuto del Artista. "Necesitamos un gran acuerdo nacional para la Cultura que garantice su estabilidad más allá de cualquier relevo en el poder", ha destacado Jordi Font, secretario del Plenario del CoNCA.

Los malos datos del 2019 se produjeron en un año en que los cines de Catalunya vieron aumentar los espectadores y la recaudación en un 2,7% y un 2,5%, respectivamente, y en que la producción de largometrajes catalanes creció el 5%, hasta los 84. Lo que mejor funciona en el panorama audiovisual Made in Catalunya son los videojuegos, sector que registró en el 2018 un 17% más de facturación.

El sector editorial catalán incrementó su facturación en un 1,7% respecto del 2018. Este dato confirma el crecimiento ligero y sostenido del sector desde el 2015, periodo en el que se ha acumulado un aumento del 9,3%.

En la música, los datos hacen referencia al 2018, cuando el número de conciertos creció el 1,4%, los espectadores un 1% y la recaudación un 1,3%. No obstante, la tendencia desde el 2014 es de retroceso: en comparación con ese año hubo en el 2018 un 9% menos de conciertos y un 5,3% menos de asistentes, mientas que la recaudación se mantuvo igual. El volumen de facturación de la industria discográfica creció un 16,3 % y continuó la caída de los soportes físicos (31,6% menos) y la subida del mercado digital (50% más).

En las artes escénicas, también con datos del 2018, hubo un incremento del 6,2% del número de asistentes a los teatros catalanes, si bien la recaudación cayó el 1,1%. Y los museos y colecciones de Catalunya recibieron en el 2019 un total 26,2 millones de visitantes, un 1,8% más que en el 2018.

En el 2018 el consumo cultural representó 5.315 millones de euros en cultura, cifra similar al año anterior pero lejos de los más de 7.000 euros habituales antes de la crisis. Si algún dato positivo arroja el informe es la mayor inversión en cultura de las administraciones, principalmente de los ayuntamientos y de las diputaciones, que han aumentado un 5,9% el gasto público en cultura situándolo en 140 euros por habitante y año en el 2019, siete euros más que el año anterior

Desastroso 2020

El informe anual del CoNCA deja constancia de los estragos provocados por el covid-19 y avanza algunas cifras. Las empresas culturales pasaron de facturar 45 millones de euros a principio de año a facturar solo 8 millones en el mes de abril. A finales de julio se había recuperado lentamente llegando a los 25,4 millones, lejos de la media. Hubo un descenso de afiliados a la Seguridad Social del 8,7% entre diciembre y junio, cuando la pérdida total de afiliados en Catalunya fue de un 3,6%. En julio las empresas culturales que se habían acogido a un ERTE aumentaron hasta alcanzar las 5.888, afectando a 52.997 empleados. 

Las pérdidas de ingresos son millonarias. El Liceu y el Palau de la Música Catalana han perdido más de diez millones de pérdidas cada uno; el Auditorio de Barcelona, que se acerca a cinco millones, y la Fundación Gala - Salvador Dalí y la Fundación Joan Miró, que superan los cuatro millones de pérdidas cada una. Las del Mnac y el TNC bordean los dos millones de euros, y las del Macba o el Teatre Lliure, el millón y medio.