NUEVA NOVELA NEGRA DE UN REFERENTE DEL GÉNERO

Michael Connelly: "Hay que frenar el sistema racista de EEUU"

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Anna Abella

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Cuando en 1992 Michael Connelly (Philadelphia, 1956) era aún periodista de sucesos cubrió los disturbios raciales por la paliza de policías blancos a un hombre negro, Rodney King, que se saldaron con más de 50 muertos. El autor quedó rodeado en medio de una revuelta y llegó a temer que le lincharan, pero un afroamericano le sacó de allí. “No hemos avanzado mucho”, lamenta el creador del detective Harry Bosch tras ver este 2020 la muerte de George Floyd, de nuevo a manos de la policía y la ola de indignación mundial desatada bajo el lema de Black Lives Matter. “Ha sido desalentador y descorazonador, muy triste, por eso hemos visto protestas en todo el país y en todo el mundo. El de Floyd es un caso más entre muchos, el ciclo se repite una y otra vez. Hay que intentar detener ese racismo del sistema. En 1992 escribí pensando que las cosas cambiarían pero seguimos igual”, reflexiona por videoconferencia desde su casa de California. 

De hecho, aunque en España presenta ‘Fuego nocturno’ (AdN), en la novela que la próxima semana publica en Estados Unidos, avanza, ya refleja “lo ocurrido con Floyd y parte de la política que estamos viviendo hoy, el inicio de la pandemia a principios de año, la confusión ante la ocultación de información sobre el tema… Son épocas importantes, emocionantes, con cambios muy potentes, con mucha confusión”. Aunque sabe que con sus detectives tiene "la misión de entretener” al lector, Connelly, votante demócrata y contrario a Trump, asume que “es imposible no dar un mensaje político al escribir cuando ves que no puedes fiarte del presidente de Estados Unidos porque no dice la verdad”.  

Trump y los periodistas

Defiende también el autor de 'La habitación en llamas', la labor que en EEUU “han hecho durante estos cuatro años tan difíciles los periodistas, mientras el presidente ha intentado socavar y mermar la confianza en los medios de comunicación”, algo que ha intentado reflejar en sus libros. Una confianza, añade, “que espera que pueda restaurarse si siguen siendo transparentes y veraces a pesar de las dificultades que plantea internet”. 

La tragedia de los indigentes

Connelly, como “antiguo periodista que aún se siente como tal”, en sus novelas (más de 30 novelas; 70 millones de ejemplares vendidos) se basa en algún hecho real que suele recabar de sus charlas con amigos policías e intenta “reflejar lo que pasa en la calle, en la cultura, la política, la economía...". En ‘Fuego nocturno’ fue “el caso de un indigente asesinado” al que se aferró para reflejar que “en Los Ángeles los sin techo son un gran problema, una tragedia monumental visible en todos los rincones de la ciudad”.

Ballard, la muleta de Bosch

Vuelve en ‘Fuego nocturno’ a contar con su icónico Harry Bosch, jubilado, recién operado de la rodilla y que afronta las consecuencias de una antigua exposición a material radiactivo. A su altura y como coprotagonista, la policía surfista Renée Ballard, relegada al turno de noche por denunciar el acoso de un superior y a quien ya presentó en ‘Sesión nocturna’. “Bosch envejece en tiempo real y ya no puede salir corriendo tras un delincuente, pero su capacidad como investigador ha aumentado. Ballard es como su muleta, puede llegar adonde él no puede. Cuento con ella para alargar la vida literaria de Harry. Se complementan. Conozco a muchos detectives retirados, a los que consulto y a los que admiro, que actúan como voluntarios. Está en su ADN. Clint Eastwood decía que uno debía reconocer sus límites y Harry es suficientemente listo para saber dónde están y hasta dónde puede llegar”. Y Ballard, añade, se basa en una policía real a la que suele consultar. “Ella arrestó a un tipo que había matado a 93 personas, el mayor asesino en serie de Estados Unidos, y lo logró porque es súper perseverante”.

Confusión e incerticumbre ante el coronavirus

Durante el confinamiento por el covid en marzo, confiesa Connelly, fue la primera vez en 40 años que dejó de escribir a diario. “La confusión, la incertidumbre de no saber qué nos deparaba el futuro, el no poder confiar en lo que dice el Gobierno… pasé por un periodo un poco oscuro y estuve tres semanas sin poder escribir. Y sin leer, porque solo miraba las noticias, la televisión... Hasta empecé a perder peso”. 

Pero pronto recuperó la pluma y, en paralelo a sus libros, graba ‘podcast’ sobre casos reales y sigue siendo productor de la serie ‘Bosch’. “En las novelas estás dentro de la mente de Bosch pero en televisión hay las visiones de más personajes y tienes que basarte más en los diálogos y ahora estos van ganando más peso en los libros para mover la historia”. Historias siempre con un pie en la realidad.