ENTREVISTA

Antonio Onetti, presidente de la SGAE: "Hemos perdido una década"

El directivo asegura que tras su reelección se abre una nueva etapa de estabilidad

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Nando Cruz

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El dramaturgo y guionista (Sevilla, 1962) que impulsó la moción de censura a Pilar Jurado ha revalidado su puesto como máximo mandatario de la entidad en las elecciones que él mismo convocó. En esta entrevista afirma que el pasado abril la SGAE estuvo, más que nunca, al borde del abismo.

En el 2012 entró en la junta directiva con el equipo Anton Reixa, pero al poco tiempo impulsó una moción de censura que abortó su mandato. ¿Qué se hizo bien y mal en la etapa de Reixa?

Estoy satisfecho del trabajo que se hizo entonces. El Ministerio de Cultura nos obligaba a deshacernos de las propiedades que se habían comprado y me tocó poner ese proceso en marcha. Teníamos una deuda de 120 millones de euros. También se hizo algo que parecía lógico, pero que se ha visto que no funcionaba: dar la potestad ejecutiva al presidente. Los autores no somos expertos en propiedad intelectual, economía, gestión de empresa... Teddy Bautista reunía todas estas condiciones. Y se pensó que cualquiera podría hacerlo. Pero se ha demostrado que no ha sido buena idea mezclar la política con la gestión.

Su intención, ya en abril, era precisamente limitar el poder del presidente de SGAE y que este fuese un cargo más institucional.

Eso lo requiere la ley de propiedad intelectual y lo incluyen los estatutos que aprobamos en junio. Pero, además, estoy convencido de que este es el camino. Si a mí me dan la Coca-Cola, la hundo en tres semanas.

¿Qué no puede hacer ahora como presidente que sí pudo hacer Pilar Jurado, José Ángel Hevia, José Miguel Sastrón o incluso Anton Reixa?

Contratar y despedir directivos.

"Todos los miembros de Pequeño Derecho que fueron tildados de golpitas han sido reelegidos"

Fulminar a una vicepresidenta y a cuatro miembros del Consejo de Dirección fue una maniobra un tanto abrupta; ilegal, opinan algunos. ¿Era imprescindible para llegar a la situación actual en la que los votos han dejado fuera de la junta a la mayoría de directivos de ‘la rueda’?

Primero: ilegal no era. Era escrupulosamente estatutaria. Se estaba dando una circunstancia dañina y perjudicial para la entidad. Así lo entendió el resto de la junta directiva, que designó a un vicepresidente que no tenía la mayoría de su colegio, pero sí la de la junta. Es algo no deseable de hacer, pero hay que entender que la junta tiene un mecanismo de defensa.

¿Y segundo?

 Si algo han demostrado estas elecciones es que hicimos lo que la gente estaba pidiendo a gritos. Todos los miembros de Pequeño Derecho que en aquel momento fueron tildados de golpistas han sido reelegidos y todos los que los acusaban de golpistas no han sido reelegidos por sus compañeros.

Concrete cuál era esa “circunstancia dañina y perjudicial”.

La gota que colmó el vaso fue el nombramiento de un vicepresidente (Clifton J. Williams) para un cargo con un contrato blindado sin que aquello pasase por ningún filtro. El Ministerio de Cultura tenía absolutamente prohibido cambiar el organigrama y se estaba creando un puesto para esa persona. Fue la última de una serie de actuaciones que indicaban claramente que por ese camino era imposible cumplir lo que nos pedían el ministerio y la CISAC. Y que íbamos a perder la licencia para operar y a ser expulsados de la CISAC definitivamente.

"Cuando en abril me nombraron presidente, la relación con el Ministerio de Cultura y la CISAC estaba absolutamente rota"

En abril del 2020, ¿la SGAE estuvo tan cerca del abismo?

Sí. Cuando en abril me nombraron presidente y retomé las conversaciones con el ministerio y la CISAC, la relación estaba absolutamente rota. No había posibilidad de recomponer aquello. Estaban hartos de promesas. 

En estas elecciones, los junteros de Pequeño Derecho en sintonía con las multinacionales suman votos de sobra para imponer a Sabino Méndez como presidente. Que lo hayan elegido a usted, ¿escenifica un pacto de no agresión?

Yo y una serie de gente hemos puesto en marcha un movimiento que nos ha sacado de esta situación de ir hacia el abismo. Si puedo servir de mediador entre las distintas sensibilidades, tiene cierta lógica que siga siendo presidente.

Ya, pero, ¿hubo conversaciones previas para pactar su presidencia?

No especialmente. Todos los programas que he visto de los candidatos eran idénticos en un 90%. Aquí no hay ningún pacto raro. Hay un proyecto común. Entiendo que pueda parecer raro que esto pase en SGAE, pero está pasando.

"Hasta ahora la SGAE ha sido un transatlántico. A partir de ahora tiene que ser una flotilla"

¿Entramos en una insólita etapa de paz y gobernabilidad?

Estoy convencido. Por eso, este apoyo por unanimidad a la presidencia. Esto no había pasado nunca. Ha pasado ahora porque todos somos conscientes de que necesitamos estabilidad: para salir del agujero donde nos ha metido la pandemia, terminar de ponernos al día institucionalmente y hacer los cambios necesarios que nos permitan ser una entidad del siglo XXI y no del siglo XIX. Hemos perdido una década. Así de claro.

En mayo de 2019, usted y otros autores de los colegios de Gran Derecho y Audiovisual pidieron el divorcio de SGAE para crear una entidad de gestión separada. ¿Aún tiene en mente partir la SGAE?

La legislación que hemos aprobado nos obliga a una mayor independencia colegial. Y eso va a profundizar en la independencia de los colegios. Hasta ahora la SGAE ha sido un transatlántico. A partir de ahora tiene que ser una flotilla. Pero ahora esto no está sobre la mesa. Otra cosa es que a lo largo de la legislatura se aborden cambios estatutarios para la SGAE que queremos en el futuro: menos monolítica, más diversificada, más independiente en los colegios.

¿Que mensaje manda a los músicos y cineastas que se dieron de baja de SGAE y hoy están en SEDA y DAMA?

Si hablamos de SEDA, es una veintena de autores los que han pedido la baja definitivamente de los 200 que la solicitaron. En audiovisual, las peticiones de baja sí se corresponden con los que se fueron y están ahora en DAMA. Somos compañeros, estamos en un mundo de competencia y si somos leales unos con otros, lo que tenemos que hacer es que guionistas y directores, en el caso de DAMA, tengan el mejor servicio. Lo que me preocupa de SEDA es otra cosa.

¿Qué?

No veo justificado que tengan licencia para operar. Una entidad de gestión necesita repertorio. Y hoy por hoy, SEDA no tiene ni autores ni editoriales. Si contribuye a mejorar el servicio a los músicos, bienvenida. Mientras, nosotros vamos a seguir intentando mejorar, ponernos al día, limpiar la casita y que todo el mundo deje de vernos como un problema.

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