IDEAS PARA EL FUTURO

Margaret Atwood, a pesar de todo

La escritora canadiense protagoniza la primera jornada de la Biennal de Pensament en el CCCB

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Mauricio Bernal

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Margaret Atwood desde su casa en Canadá. Un pañuelo rojo anudado al cuello, un sillón donde aposenta su preclara humanidad. Una habitación llena de libros y cuadros. El contexto es la Biennal de Pensament. “La Biennal de Pensament te invita a debatir y a pensar, a hablar de democracia, de tecnología y de ciudad”, reza el lema de la cita que aspira a reeditar el éxito asombroso obtenido hace dos años. En la jornada inaugural, este martes, el público no apretujado en la plaza de Joan Coromines, y también la audiencia virtual, esperan que la escritora canadiense hable, como una pitonisa de nuestro tiempo, como la autora de la distópica ‘El cuento de la criada’, de lo que nos depara el porvenir incierto. Queremos claves. Queremos sabiduría. Al fin y al cabo, el bloque en el que interviene tiene el sugestivo título de ‘Mirar el futuro’.

He aquí unas frases de eso, del futuro. “Hay que evitar la destrucción de la biósfera. Si no, sería la destrucción de la especie”. “En tres semanas parece que sabremos si tendremos Trump por más tiempo”. “Parece inmortal, pero esperemos que algún día muera (refiriéndose a Trump)”. “Tengo esperanza…” “Tengo esperanza en que no haya errores de recuento en las elecciones americanas”. “Tengo esperanza en los más jóvenes”. “Han encontrado nuevas maneras de organizarse, de trabajar juntos”. “Los océanos producen el 80% del oxígeno que respiramos”. “Si mueren los océanos, si dejan de producir oxígeno, tendremos problemas para respirar”.

Senda biográfica

Atwood respondía a preguntas de la periodista Anna Guitart, que a partir de cierto punto tomó el camino del interrogatorio biográfico. No parecía lo que se esperaba de una bienal del pensamiento. Atwood habló de su infancia, de sus años de colegio, de su afición por el cómic, de sus comienzos como escritora. Pero, ¿y el pensamiento? Se supone que esto es el escenario para el intercambio de ideas, no para el intercambio de anécdotas, que fue el terreno hacia el que fue derivando la entrevista. Pero Atwood es Atwood, y siempre es edificante escucharla.

Algo de posverdad (“Cuando nos enfrentamos a un hecho debemos preguntarnos: ¿es verdad? Y luego: ¿es justo? Si no es justo no puede ser verdad”), algo de feminismo (“en mi época, una mujer podía dedicarse a ser profesora, enfermera, azafata, secretaria o dedicarse a la economía del hogar”), más feminismo (“estamos en una situación en que podemos plantearnos valorar si el vaso está medio lleno o medio vacío”) y algo de escritura: “Cuando te dictan lo que debes escribir, vives en una dictadura”. Atwood, a pesar de todo.

Idiotas

En la primera sesión de la tarde, ‘Las voces del planeta’, la filósofa belga Vinciane Despret y la zoóloga y filósofa estadounidense Donna Haraway reflexionaron sobre el confinamiento. Por supuesto, no sobre sus grotescas aristas políticas, o sobre el desafío sanitario, pues eso queda para los medios: se habló de silencio. Y se pronunciaron frases así: “¿Quién tiene el silencio suficiente en esta era de la pandemia para absorber el sonido de las aves?” Dicho por Haraway. El confinamiento nos señaló un camino, vinieron a decir. Todo esto nos está señalando un camino. Pero seguimos el otro, porque somos idiotas.

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