LOS DISCOS DE LA SEMANA

Crítica del nuevo disco de Carla Bruni: la hora de la verdad

Carla Bruni

Carla Bruni / periodico

Jordi Bianciotto / Juan Manuel Freire / Ignasi Fortuny / Roger Roca

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Hace ya cerca de dos décadas que Carla Bruni se coló en la escena musical con el álbum ‘Quelqu’un m’a dit’ (2002) y nos vino a decir que detrás de la vertiginosa ‘top model’ y de la seductora de estrellas del rock maduras había una trovadora con causa, capaz de escribir bellas canciones. Aquella obra destapó sus poderes y señalizó los límites: Bruni ha seguido cultivando un estilo discreto y aromático, de factura atemporal, fundiendo la artesanía secular de la ‘chanson’ con el impulso pop, sin innovaciones ni mayores pretensiones. Pero, aunque sea parodiable su ‘cuquismo’ de alta cuna, esta piamontesa crecida en París dispone de un gusto cultivado que da en su nuevo disco algunos de sus más certeros registros.

‘Carla Bruni’, así se titula el álbum sin mayores rodeos, sabe a reafirmación de sus artes, como creadora de canciones, aunque muchas de ellas las firme en tándem con autores destacados de la escena francesa. Esas refrescantes alianzas, y la producción, a cargo por primera vez de Albin de la Simone (cómplice de Miossec, Keren Ann, Arthur H y otros muchos), contribuyen a dar renovados relieves a este repertorio, siete años después de su último disco con material propio, y tres de aquella tontorrona frivolidad llamada ‘French touch’ (donde versionaba con acierto variable a todo bicho viviente, de Henry Mancini a AC/DC).

La pregunta que todos se hacen

En la canción lanzada hace dos meses como adelanto, ‘Quelque chose’, que te atrapa con su sencillez, Carla Bruni diserta en torno al deseo y se pregunta qué es eso tan dulce que “nos atraviesa como una hoja” y que nos rompe y nos abraza. “Es la pregunta que todos se hacen”, repite, aludiendo a un intangible que flota también en torno a sus canciones, tocadas por el ángel más allá de su ocasional aspecto liviano. Piezas en las que canta al amor y a la muerte (“a Eros y a Tanatos”, ha dicho), y a las tribulaciones de la mediana edad: ‘La chambre vide’ apunta a los hijos que se van.

Sustanciosas ententes, las que establece con Michel Amsellem (en el evocador vals de ‘Un grand amour’ y la catedralicia ‘Partir dans la nuit’), con Calogero (‘Les séparés’) y con Julien Clerc (‘Le garçon triste’, un tema que ambos entregaron hace tres años a Isabelle Boulay). Sus piezas enteramente propias tienden a situarse un peldaño por debajo, pero suyas y solo suyas son la simpática ‘Le petit guépard’ y esa traviesa salida de guion que es ‘Voglio l’amore’, rapeada por su hermana, Valeria Bruni Tedeschi. Alimentan una obra tenuemente resplandeciente, con inflexiones imaginativas, un uso crecido de los coros y más pinceladas de color, pidiendo a gritos que nos tomemos un poco más en serio la carrera de esta señora cantautora llamada Carla Bruni. Jordi Bianciotto


OTROS DISCOS DE LA SEMANA

En su quinto y, quizá, mejor disco, la cantante y compositora country-rock (de gran espíritu pop) ofrece una colección de temas tan estoicos como poderosos, tan derrotados como poco autocompasivos. El gruñido de su guitarra eléctrica cede paso, en ocasiones, al piano y el sintetizador, sin que la intensidad se resienta por ello. “Can’t think”, “Love is not enough” o el doloroso tema titular, interrogación sobre el rol de la mujer en una pareja, son ya clásicos de su carrera. – Juan Manuel Freire

Este disco es una radiografía de la inclasificable y, a veces, desconcertante Nathy Peluso. Por momentos duro y sucio, otros, fino y preciso, 'Calambre' es un torbellino de sensaciones y ritmos que representa fielmente a su autora. Se sumerge en el folclore, al que da un aspecto moderno y una cubierta pop, y lo hace con solvencia. Rapea sobre bases noventeras, y suena potente. El hilo de 12 canciones, unidas por la honestidad, tienen un ritmo que hacen del álbum un recorrido muy entretenido. Ignasi Fortuny

La historia de amor entre Ella Fitzgerald y Berlín había dado dos discos en directo memorables, pero resulta que existía un tercero, 'The Lost Berlin Tapes', grabado en 1962 e inédito hasta ahora. El sonido es excelente, el trío que la acompaña camina a la perfección y Fitzgerald está en plena forma. Ágil, poderosa, divertida, la primera dama del jazz canta con la autoridad de siempre y la felicidad de los días en los que todo sale bien. ¿Las perlas? Mack The Knife, Clap Hands, Here Comes Charlie!, My Kind Of Boy… Cuánta alegría. Roger Roca

Con solo un año de vida, este grupo surgido de la red de conspiraciones de Vic asombra por la definición de su pop de guitarras encrespadas, rico en capas atmosféricas. No son tan unos novatos: visten la voz resuelta de Maria Espinosa operarios procedentes de bandas como Germa Aire, Furguson y Bonobos, y la producción es de Núria Graham y Jordi Casadesús (La Iaia). Osona ‘power’ en un cancionero con furia, melancolía y puntos de fuga cósmicos como ‘Cada cop’, con trompeta de Raynald Colom. Jordi Bianciotto

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