CRÍTICA

'Bouvetøya', un futuro para el teatro

El festival Temporada Alta inaugura edición con una fábula distópica con doble formato, presencial y en'streaming'

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Manuel Pérez i Muñoz

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Un estreno diferente para un año sin parangón. El director de Temporada Alta, Salvador Sunyer, se cubrió las espaldas con el encargo del espectáculo inaugural, una pieza adaptable a una platea sin espectadores. Por suerte los teatros están abiertos y 'Bouvetøya (la necessitat d'una illa)' se estrenó el miércoles con doble propuesta: presencial en el Municipal de Girona y a través de retransmisión en 'streaming'. Un nuevo formato que no sabemos si ha venido para quedarse, pero que como mínimo nos hace darle vueltas a la misma idea de representación en vivo y sus limitaciones. 

Para la ocasión, el director Julio Manrique ha creado una burbuja de convivencia artística entre sus colaboradores más allegados. Junto a él, firman la dramaturgia Sergi Pompermayer, Cristina Genebat e Ivan Benet, estos dos últimos también como intérpretes junto a Mireia Aixalà, Xavi Ricart, Marc Rodríguez y Andrew Tarbet. Entre todos nos plantean una fábula de aventuras en forma de 'boat trip', una distopía con fecha en 2026 que en realidad quiere hablar del presente, como la novela 'Fahrenheit 451' que acabarán leyendo en directo. Un futuro desvencijado por constantes crisis donde en vez de los libros se ha prohibido el teatro. 

El título nos habla de una isla remota real, "el cul del món", un punto hacia el que la narración navega con altibajos pero con un propósito claro, remarcar la necesidad de un teatro amenazado por la pandemia. Un barco llamado 'Un món millor' que conduce a una 'Isla del tesoro' polar que actuará de epifanía para un momento oscuro. Ventilan algunas escotillas abiertas a la ironía en los retratos de situación, incluido algún guiño al ecosistema teatral, pero se acaba imponiendo la sentimentalidad y la alegría por haber recuperado el ritual de estar juntos. Se agradece por fin un poco de positividad entre tanta inauguración solemne. 

Conferencia

'Bouvetøya' se plantea con los mínimos elementos escenográficos: unas mesas, sillas, micrófonos y poco más. Nos lo explican todo como una especie de conferencia en la que los intérpretes hacen de ellos mismos, autoficción especulativa que con ayuda del vídeo por momentos parece querer entrar en el terreno del falso documental. Ayudan a eso la presencia constante de cámaras en escena y los guiños de los personajes hacia los espectadores que siguen la obra desde casa. El formato de relato en tercera persona ahoga en muchos casos las interpretaciones pero acerca la propuesta hacia una originalidad formal que es uno de sus principales alicientes. 

Muy lejos de sus éxitos habituales -'El curiós incident del gos a mitjanit', 'Jerusalem'-, Manrique y compañía se acercan ahora a otras cotas más afines al teatro menos convencional del último Rigola, Señor Serrano, Azkona&Toloza u otros referentes más lejanos como Milo Rau. Formas que en la búsqueda de su sencillez se acaban encontrando con la esencia del teatro, compartir historias en compañía, en este caso aunque se vea desde casa.