LA SITUACIÓN EXTREMA DE LA MÚSICA EN DIRECTO

Las salas de concierto, en manos de Salut

El departamento estudia la propuesta mientras el Curtcircuit aplaza su noche inaugural y las salas meditan si les resulta viable reabrir en el caso de que se les permita programar

Sala Wolf en el Poblenou

Sala Wolf en el Poblenou / periodico

Jordi Bianciotto

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Cunden las falsas alarmas y los augurios de que el desbloqueo es inminente, pero lo cierto es que la propuesta que las salas consensuaron días atrás con la administración catalana (Cultura, Interior y Salut) para poder volver a programar conciertos (con asientos distanciados) sigue encallada. El departamento jurídico de Salut la examina con todo el celo, mientras los locales se impacientan: el Curtcircuit, de la asociación de salas (ASACC), tuvo que suspender, este viernes, el primer concierto de su nueva edición (PAWN Gang en la sala Wolf) y otros escenarios hacen sus cábalas sobre la viabilidad económica de reabrir si la ley se lo permite.

Fuentes de Salut indicaron a este diario que “se está trabajando” para determinar si se aprueba, y cómo, la propuesta consensuada, y concluir si la actividad en las salas con el 70% de aforo es viable en el área metropolitana de Barcelona o más allá, es decir, si se aplica solo en algunas zonas de Catalunya y no en otras, atendiendo al grado de restricción de cada comarca o municipio. La cuestión, añaden, no es tanto el protocolo a seguir en el interior de las salas, cuyo rigor se da por entendido, sino las aglomeraciones de público que puedan producirse en los accesos antes o después de los conciertos.

La vía de los ayuntamientos

Dado que a los teatros y auditorios sí se les permite acoger conciertos, sujetos al 70% de aforo, las salas ven ahí un “agravio comparativo insostenible”, indica la gerente de la ASACC, Carmen Zapata, que advierte de que, ante el veto, algunos ayuntamientos de Catalunya están concediendo a las salas licencias temporales de bar-cafetería que les permiten acoger conciertos. Respecto a Barcelona, estima que “hay una voluntad municipal para que esta situación se desbloquee”. En la ASACC no habían recibido este viernes ninguna notificación de Salut relativa al desbloqueo, si bien creen que el visto bueno caerá más pronto que tarde. El lunes están emplazados a una nueva reunión en la ‘conselleria’.

Para las salas, la luz verde difícilmente significaría la salvación, excepto en casos muy precisos, con un equipo humano minimizado o gestionadas por un pequeño núcleo familiar. Pero algunas están dispuestas a reabrir para dar oxígeno al sector (Apolo), como motor ilusionante (Luz de Gas) o apelando al carácter “activista-simbólico”, precisa Sergi Egea, de la sala Vol, en Poble Nou, que frunce el ceño cuando se imagina el local formateado para acoger a lo sumo a 30 personas.

Pese a ello, si Salut da su aprobación, Vol planea acoger un ciclo de diez conciertos (con dobles pases) para apoyar a la escena y asumiendo que se saldará con pérdidas. “Pero preferimos eso que estar parados, porque acabaremos muriéndonos de pena”, zanja Egea en un tono muy ilustrativo, en línea con el de Josep Comas, de la sala Taro, en Sants. “Si las cosas siguen así no aguantaremos más allá de enero, y puestos a morir, mejor trabajando que tumbados en el sofá de casa”.