CONCIERTO INAUGURAL

Dos jóvenes 'cracks' españolas abren la temporada de la OBC

La violinista Maria Florea y la violista Sara Ferrández interpretarán la 'Sinfonía concertante' de Mozart

zentauroepp55207367 icult201001140248

zentauroepp55207367 icult201001140248 / periodico

Marta Cervera

Marta Cervera

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La violinista catalana Maria Florea, de 27 años, y la violista madrileña Sara Ferrández, de 25, dos jóvenes sobradamente preparadas de las que oiremos hablar, abrirán este viernes la temporada más cambiante de la OBC. Interpretarán la 'Sinfonía concertante' de Mozart, una obra ideal para estos tiempos de pandemia pues puede realizarse con una formación no demasiado grande que dirigirá Kazushi Ono, titular de la orquesta. La obertura del ballet 'Hercule et Omphale', de Ferran Sor, y la 'Sinfonía núm. 2 en Re mayor', de Beethoven, completan un programa que nada tiene que ver con la inicialmente prevista 'Sinfonía Turangalila' de Messiaen. Sin embargo, el concierto inaugural permitirá descubrir el talento de las nuevas generaciones en una temporada articulada en torno al concepto de la creación.  

Tanto Florea como Ferrández destacaron desde pequeñas. Entre ellas hay una conexión especial. "Cuando estudiábamos en el Reina Sofía soñábamos con interpretar juntas la 'Sinfonía concertante", recuerda Florea, que no tocaba con orquesta desde marzo, aunque sí lo ha hecho con sus conjuntos de cámara, el Trio Da Vinci y el Quartet Altimira. La ocasión de tocar juntas por primera vez la obra de Mozart surgió en el festival Emergents del Auditori. Desde entonces han interpretado en diferentes escenarios, nacionales e internacionales, con éxito. "La primera vez estábamos tan contentas que tocamos con mucha energía y tempos rápidos. Ahora ofreceremos una interpretación más calmada y reposada, más madura", explica Ferrández, hermana de otro 'crack', el violonchelista Javier Ferrández.

Barcelona y Berlín, escenario similar

La viola siempre fue su instrumento, desde que su madre se lo puso entre las manos con tres añitos. En la actualidad está perfeccionándose con la Karajan Akademie, junto a profesores de la Filarmónica de Berlín, formación con la que ya ha tocado y volverá a hacerlo esta temporada. Las cosas en Berlín no están mejor que en España, explica, "pero allí estás en el meollo: vienen a verte agentes y gente de sellos discográficos". En estos momentos, tanto ella como Florea ven más factible hallar salidas con grupos de cámara que como solistas con orquestas. El covid-19 ha afectado al mundo sinfónico de pleno"En Berlín no todas las orquestas están funcionando, solo las oficiales. Hay problemas financieros y los aforos se han reducido al 50%. Como aquí, todo va muy al día", comenta Ferrández. Tampoco allí se programa Mahler o sinfonías que requieran de grandes despliegues porque resulta imposible colocar en el escenario a un montón de músicos con las distancias de seguridad. "En Berlín todos llevamos mascarilla", añade. En el Auditori, en cambio, son los propios músicos quienes tienen la última palabra al existir separación suficiente entre ellos. 

El límite a 1.000 plazas impuesto por el Procicat al Auditori ha reducido la capacidad del espacio a menos de la mitad de su aforo de 2.199 butacas. Esta norma les excluye de la ampliación al 70% del aforo, algo que también afecta al Palau, el Liceu, el Tívoli y el Coliseum. Quien no pueda acudir a la sala podrá seguir el concierto en la plataforma auditoridigital.cat que lo ofrecerá de manera gratuita.