Unidos por Vic Chesnutt

No fue un artista líder de su generación, pero para quienes intimaron con sus canciones, la huella fue profunda y “quedó para siempre”, como confiesa Miquel Àngel Landete, patrón del grupo valenciano Senior i el Cor Brutal, uno de los diez participantes en el álbum de homenaje ‘We are never alone. Songs of Vic Chesnutt’. Obra que certifica el apego de una generación por este cantautor estadounidense que se quitó de en medio hace casi once años, el día de Navidad del 2009.

Un proyecto nacido de la independencia discográfica más literal: es la primera referencia del sello catalán No Aloha Records (como la canción de The Breeders) y está disponible en digital y en una edición de vinilo (300 ejemplares) con bonita portada de Marc Volpini. Pues menudo estreno para una compañía. “Nos han llamado valientes, temerarios, masocas...”, recita desdramatizando su responsable Jordi Ximeno. “Pero los valientes son los que llevan muchos años en esto; nosotros acabamos de empezar”. Ximeno, profesor de secundaria (y batería de uno de los grupos implicados, Islandia Nunca Quema), se ha visto lidiando con la ‘major’ BMG para conseguir su visto bueno a las traducciones al castellano y el catalán. “Tuve que mandarles la letra original, la adaptada y la traducción al inglés de la versión adaptada para que vieran si era fiel”.

Una emoción que no remite

Les ha salido un álbum en el que se respira el amor al artista y a su delicada circunstancia, siempre asociada al fatídico accidente de coche que, a los 18 años, le dejó cuadripléjico y atado a la silla de ruedas. Para Jordi Ximeno, “es fácil emocionarse con la voz de Vic Chesnutt”, impresión con la que estarán de acuerdo artistas como Michael Stipe de REM, que le produjo sus dos primeros discos y se involucró en un primerizo ‘tribute album’ a la americana, ‘Sweet relief II: Gravity of the situation’ (1996), junto a ‘vedettes’ como Garbage, The Smashing Pumpkins y la mismísima Madonna.

Este ‘We are never alone’ es más humilde pero tan o más expresivo, y rinde honores, a través de lenguajes tan acústicos como eléctricos, a un estilo de ‘singer-songwriter’ de carácter “agrio y directo, sin pulir ni edulcorar, y con las emociones al límite”, estima Ana Béjar, que ha adaptado ‘Everything I say’, pieza que también incluye, con una mezcla distinta, en su nuevo disco, ‘Sahara star’. Un tema de letra “críptica”, en el que flota “un desasosiego” que atrae a esta cantautora de Jerez de la Frontera, excomponente de Usura y Orlando.

Ese humor cáustico

La elección de Senior i el Cor Brutal, ‘Doubting woman’, convertida en ‘Cançó del dubte’, se remonta a los conciertos de homenaje a Chesnutt que recorrieron diversas ciudades españolas poco después de su muerte. Versión desnuda, de honda intimidad, de una pieza que ilustra el don de Chesnutt “para explicar instantes, más que crónicas con planteamiento, nudo y desenlace”, destaca Landete. “En la canción habla del culto a la inspiración y de que produce una sensación de movimiento total, y eso define lo que para él era escribir canciones, con ese humor cáustico y autorreferencial, y ese rastro de sentimiento de culpa por el accidente que sufrió conduciendo borracho”.

Senior llegó a conocer a Vic Chesnutt durante su última gira, en el 2008, y no solo eso: le prestó el amplificador con el que tocó en la sala Wah Wah, de Valencia. “Quería tocar con un modelo que era justo el que tenía yo, y al terminar me dio las gracias, yo también se las di por tocar con mi ‘ampli’, y el replicó con más agradecimientos, y entramos un bucle muy gracioso y acabamos abrazándonos”, rememora Miquel Àngel Landete. “Me acuerdo mucho de su sonrisa. Desprendía a la vez luz y tristeza”.

Los catalanes Casa das Feras y Ran Ran Ran son otros partícipes del álbum, en el que también toman parte Algunos Hombres, Salto, El Osombroso Folk de los Badlands y dos grupos surgidos de Polar, The Standby Connection y Llum. Artistas que se fueron sumando a un disco que iba a ser un ‘single’ y que fue creciendo. Difícil decir que no cuando se trata de Chesnutt. Lo corrobora Jordi Ximeno: “Todos aceptaron a la primera”.