CRÓNICA DE CONCIERTO

Emel Mathlouthi, vientos de cambio en el BAM

La artista tunecina, voz emblemática de la Primavera Árabe, brilló en la jornada inaugural del festival con su melancólico art-pop de cámara

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Juan Manuel Freire

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La tunecina Emel Mathlouthi se convirtió, hace ya una década, en voz emblemática de la Primavera Árabe gracias al tema 'Kelmti horra' ('Mi voz es libre'), que dio nombre a su primer álbum en el 2012. Pero lleva tiempo buscando horizontes estéticos más allá de la música activista: lo suyo es más bien art-pop con aromas norafricanos y árabes, apegado a viejas tradiciones rítmicas y melódicas, pero abierto a las exploraciones electrónicas.

EMEL, como también se la conoce, llegó al BAM con una banda limitada a una chelista y una violinista: formato de cámara, sin sintetizadores de ninguna clase, pero con la voz de Mathlouthi superpuesta a veces en capas para generar atmósferas casi 'ambient'. Una voz generalmente menos tenue que lacerante, dulce pero hiriente, que logró silenciar por completo las casi llenas hileras de sillas de la plaza Joan Coromines.

A la quietud ayudaban las mascarillas, la distancia (no se podían juntar las sillas, aunque fuera para acercarse a una esposa o a un compañero de piso) y demás protocolos de nueva era. ¿Si vale la pena hacer conciertos en estas condiciones? Hace falta más que un trozo de tela sobre nariz y boca para amortiguar los intensos efectos emocionales de música como la de Mathlouthi.

Versiones de Bowie y Nirvana

La actuación arrancó con 'Rescuer', corte inaugural de 'Everywhere we looked was burning', reciente disco en inglés con el cambio climático como eje conceptual. Si en los surcos suena dramático, la tarde del jueves, en Barcelona, con el viento sacudiendo todo, adquirió dimensiones épicas.

Mathlouthi no tardó en cambiar del inglés al árabe: el siguiente fue tema fue 'Kaddesh', una crónica del éxodo sirio para la que se colgó por primera vez la guitarra eléctrica, seguido por 'Libertà', su apropiación de un tema del rapero Férid El Extranjero. A la artista le gusta coger canciones ajenas para no solo versionarlas, sino remodelarlas por completo, como demostró justo después con 'Holm', visión libre del tema titular del filme iraní 'Soltane ghalbha”, y 'Nací en Palestina', adaptación de aquel 'Nací en Alamo' escuchado en la voz de Remedios Silva en la película 'Vengo'.

De hecho, su inminente álbum 'The Tunis diaries', grabado durante el confinamiento, está dedicado en parte a revisar temas ajenos. De esta colección nos presentó sus apropiaciones de David Bowie ('The man who sold the world') y Nirvana ('Something in the way'), esta última de ritmo todavía más moroso que la original.

No hubo espacio para el famoso 'Kelmti horra', pero sí para una bella antigüedad como 'Ma ikit' ('No encontrado'), sobre, dijo, "lo difícil de encontrar melodías lo bastante fuertes para romper el odio de los humanos". La llama que ayudó a avivar la Revolución del Jazmín, sea como sea, no se apaga: Mathlouthi presentó la final 'Everywhere we looked was burning' como una canción "sobre el corazón que arde con el deseo de cambio".