CRÍTICA DE CINE
'Black beach': un estilo de cine indeterminado
Raúl Arévalo aparece en algunas secuencias tan despistado como su propio personaje, atropellado por los acontecimientos
Quim Casas
Periodista y crítico de cine
Profesor de Comunicación Audiovisual en Universidad Pompeu Fabra y docente en ESCAC, FX, Cátedra de Cine de Valladolid y Museu del Cinema de Girona. Autor de diversos libros sobre David Lynch, David Cronenberg, Jim Jarmusch, Fritz Lang, John Ford y Clint Eastwood. Miembro del Comité de Selección del Festival de Cine de San Sebastián.
Quim Casas
Tras media docena de cortos y un debut en el largometraje en formato intimista, 'Amar', extensión de un cortometraje anterior sobre una relación sentimental marcada por la urgencia y los celos, Esteban Crespo da el rápido salto a una producción de mayor envergadura y características internacionales con ¡Black beach'. Se trata de un 'thriller' hablado en castellano e inglés y ambientado en un país africano. El personaje encarnado por Raúl Arévalo lleva una vida más o menos corriente. Es ejecutivo de una empresa importante y está a punto de convertirse en socio de la misma. Entonces recibe el encargo de actuar de mediador en el secuestro de un ingeniero estadounidense en África.
El filme narra así las tribulaciones de un individuo fuera de su contexto habitual y sumergido en una trama de conspiración y corrupción de altos vuelos, con la firma de un importante contrato económico de por medio. La tensión e incertidumbre que esta situación podría provocar (el personaje de Arévalo no es por supuesto un espía, un agente secreto o alguien entrenado y dotado para la acción) no está materializada en pantalla con la fuerza necesaria, por lo que 'Black beach' pierde el trasunto dramático que debería tener un relato de estas características.
Arévalo aparece en algunas secuencias tan despistado como su propio personaje, atropellado por los acontecimientos: intriga internacional, conspiración geopolítica, secuestro, negociadores, el papel de una ONG y el de las Naciones Unidas en todo el entuerto… El resto de personajes tampoco terminan de adquirir la suficiente entidad, caso del interpretado por Candela Peña, cuya función en la trama queda algo diluida y esquinada. La ambientación tampoco ayuda. Quizá la idea original es que sea un lugar más indeterminado, pero cuesta de creer algunas de las cosas que ocurren y se dicen en este país africano que parece surgir de un cómic colonial.
'Black beach' resulta finalmente una película desequilibrada que juega las cartas de la producción para mercados internacionales pero no deja de quedarse en tierra de nadie. Solvente a ratos. Insuficiente en otros. Reflejo de cierto cine estadounidense y, al mismo tiempo, con un claro intento de tener un estilo propio y diferenciado.
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