FESTIVAL DE CINE

Bartas y Méndez Esparza ponen a prueba la resistencia del espectador

El primero presenta 'En la oscuridad' en San Sebastián y el segundo, 'Courtroom 3H'

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Nando Salvà

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A Sharunas Bartas se lo considera uno de los grandes exponentes del ‘slow cinema’ o, si traducimos, cine lento -en inglés suena mucho mejor-; también se lo considera un maestro a la hora de componer imágenes apabullantes, y un especialista en hacer que el espectador salga del cine con ganas de volarse la tapa de los sesos. Y la película que este martes ha presentado a concurso en San Sebastián confirma que todas esas categorizaciones son rigurosamente ciertas. Ambientada unos años después de la segunda guerra mundial en el seno del movimiento partisano que resiste frente a la ocupación soviética de Lituania, ‘En la oscuridad’ se muestra más interesada en ofrecer imágenes de desolación perfectamente encuadrada e iluminada y en poner a prueba la resistencia del espectador que en atender a la intensidad dramática y el fondo de sus personajes o explorar algunos de los asuntos consustanciales a su premisa, como la dañada psicología de un pueblo sometido al terror estalinista.

Tampoco del largometraje con el que el madrileño Antonio Méndez Esparza vuelve a aspirar a la Concha de Oro, el documental ‘Courtroom 3H’ -ya compitió en el certamen con ‘La vida y nada más’ (2017)- puede decirse que se lo ponga especialmente fácil al público. Rodada en el Tribunal de Familia Unificado de Tallahasee (Florida), la ciudad donde el director reside, la película permanece durante la totalidad de sus dos horas de metraje encerrada en las cuatro paredes de ese juzgado, que se ocupa de asuntos relativos a padres e hijos y en concreto de casos de abuso, abandono o negligencia con los menores. Llevando al extremo el método observacional del maestro de la no ficción Frederick Wiseman, Méndez Esparza nos ofrece una sucesión de fragmentos de audiciones y juicios desprovistos de más contexto o explicaciones que las palabras a menudo trufadas de tecnicismos que el juez y los letrados pronuncian. Que pese a ese rigor conceptual se las arregle para invitar a interesantes reflexiones sobre el rol de la justicia, y que llegado el momento hasta logre conmover, resulta casi milagroso.