UNA PRODUCCIÓN RODEADA DE POLÉMICAS

'Mulán' acumula desgracias en su estreno en China

La película de Disney solivianta al país asiático en un momento de mal clima entre Pekín y EEUU y suma llamadas al boicot, malas críticas, escasa taquilla y errores históricos

Un hombre con mascarilla pasa junto a un anuncio de 'Mulán' ante un cine de Hong Kong, la pasada semana.

Un hombre con mascarilla pasa junto a un anuncio de 'Mulán' ante un cine de Hong Kong, la pasada semana. / periodico

Adrián Foncillas

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El plan sonaba infalible en el 2015, cuando Hong Kong era una balsa y nadie había oído hablar de uigures ni de Wuhan: Disney filmaría la película de una heroína china con reparto chino para conquistar el mercado chino. 'Mulán' se estrenó la pasada semana en China con recaudación y críticas mediocres, llamadas internacionales al boicot y el silencio impuesto en la prensa nacional. El amontonamiento de desgracias aconseja un orden cronológico. 

Primero fue el embrollo político<strong>Liu Yifei</strong>, la protagonista, apoyó a la policía hongkonesa cuando el año pasado intercambiaba guantazos con los manifestantes prodemocráticos. Después se supo que algunas escenas fueron filmadas en Xinjiang, la provincia oriental donde cientos de miles de chinos de la etnia musulmana uigur han sido encerrados en campos de reeducación. La ignorancia hace años era disculpable, pero cuesta entender que incluyeran a las autoridades provinciales en los  agradecimientos de los títulos de crédito. Fue un error, ha asumido la productora, que aún achicaba agua entre los llamamientos al boicot cuando la pandemia del coronavirus cerró los cines.  

El pospuesto estreno llegó esta semana, con las más altas expectativas y los vaticinios de la prensa nacional de que los sabotajes occidentales no impedirían su éxito. Los 20 millones de euros recaudados por 'Mulán' son modestos en China. Están a años luz de los conseguidos por 'Los 800', la enésima epopeya patriotera, e incluso por debajo de la inasible 'Tenet'. Las críticas aún fueron peores. En Douban, la web más célebre, los usuarios le conceden un 4,9 sobre 10.  

Los lamentos son variados. Juzgan los internautas que carece del nervio y la gracia de la versión animada de dos décadas atrás. Echan a faltar al dragón Mushu, que esta vez Disney descartó por miedo a que el país se tomara mal las chanzas sobre su animal icónico. Mulán es vista por muchos como una heroína al uso que podría estar en China como en una jungla africana o en Oriente Medio, sin más rasgos propios que los ojos rasgados. «Más que una historia china, es una historia de una princesa de Disney como Frozen», ha afirmado Yun Feiyang, uno de los críticos más seguidos.  

Y muchos se preguntan quiénes son esos expertos e historiadores a los que Disney dijo haber encargado la reconstrucción de la época para evitar errores. Abundan y son gruesos. El tulou en el que vive la familia de Mulán, en el oeste del país, es el más evidente: esas construcciones circulares no aparecerían hasta un millar de años más tarde en Fujian, al otro extremo de China. Tampoco había noticias aún en aquella época del taichí que practica el general. Tom Cruise puede escapar de los malos aprovechando el tumulto de los sanfermines en Cádiz pero las licencias con Mulán son desaconsejables. 'La balada de Mulan', sobre una intrépida hija que finge ser un hombre para luchar contra los hunos, ya había pasado de generación a generación antes de que fuera recogida en un escrito en el siglo VI. Ha sobrevivido desde entonces, moldeada a las necesidades de la época, pero siempre como epítome de valores confucianos como el amor al país y el respeto a los padres. 

Circular del Gobierno chino

El 'Global Times', el más ultramontano de los diarios propagandísticos, explicaba que «la impopularidad de la película no tiene que ver con las difamaciones de Occidente, que son ignoradas por la audiencia china, sino con el pobre nivel artístico y los malentendidos sobre nuestra cultura». Pocos días después mandaba Pekín una circular a la prensa para que dedicara una cobertura modesta a la película sin explicar las razones.  

'Mulán' es la última víctima del clima enrarecido entre las dos potencias. Desde Estados Unidos se acusa a Disney de arrodillarse ante China y fomentar su patriotismo para beneficiarse del que este año se convertirá en el primer mercado cinematográfico del mundo. Y desde China la acusan de esquilmar sus referentes más sagrados y adecuarlos al paladar occidental. Mucha enjundia para lo que en aquel lejano 2015 se pensó como una simple película de aventuras. 

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