Mujeres: "Somos despiporre para el fin del mundo"

Lanzar un disco llamado 'Siento muerte' en mitad de una pandemia mundial puede ser pertinente, o ser considerado lo más impertinente, también. Pero los barceloneses Mujeres no querían tanto provocar como hacerse un homenaje a sí mismos: 'Feels dead (Siento muerte)' ya fue el título de un tema suyo del 2015, de cuando todavía cantaban, sobre todo, en inglés.

"La idea partía de un disco anterior ['Marathon', del 2015]", explica Yago Alcover (guitarra y voz). "El título hace referencia a cómo vemos el mundo, que está hecho un harapo". Pero de lo que trata realmente el álbum, como este grupo en general, es de la necesidad de encontrar válvulas de escape para esa oscuridad. Explica Pol Rodellar (bajo): "En un mundo que se va a la mierda, debemos encontrar esos espacios donde poder disfrutar y estar cómodos. Puede ser este disco, sus diez golpes de afecto. O los conciertos". (Yago): "Es como una contradicción tremenda: hablamos de que el mundo se está acabando, ¡pero luego nuestro bolo es un despiporre brutal!". 

Lo saben quienes los han visto y lo ansían comprobar los que todavía no. Seguramente muchos de sus espectadores del sábado, día 19, en el Fòrum, serán repetidores, pero no todos: Mujeres es un fenómeno alternativo en permanente crecimiento, un barco al que se ha ido subiendo mucho público de la capital ("en Madrid nos escuchan más que aquí", dice Yago) y público de variadas edades. Yago: "Luis [Fernández, fundador del sello Sonido Muchacho] tiene esta cosa de sacar muchos primeros discos, de descubrir a grupos. O de lanzarlos, si quieres. Todo lo que saca repercute en el público joven. Hay gente que nos descubre ahora. ¡Madre mía! Con lo que ha llovido".

Casi como el 'difícil segundo disco'

Y tanto que ha llovido. De hecho, el anterior disco de Mujeres, 'Un sentimiento importante', del 2018, era una celebración de sus diez primeros años de rock y amistad. A la vez, era un nuevo amanecer, porque por primera vez se atrevían a publicar un álbum íntegramente en castellano, animados e inspirados por los peruanos Los Saicos. "Lo peor llegó después -dice Arnau Sanz (batería)-. Sacar un disco en castellano era un todo o nada, y funcionó muy bien, casi demasiado". Pol: "Al principio, teníamos la sensación de tener que luchar contra un Leviatán, como si fuera una cosa imposible".

Además, esta vez buscaban letras más elaboradas. Yago: "En las canciones del primero sacábamos la letra al final de todo, pero muy al final. Si faltaba una palabra, poníamos 'cara' o 'luz' por poner algo. Y después la gente nos decía: '¡Oh, qué canción tan bonita!' (risas)". Arnau: "Ahora, en cada canción hay frases de los tres, y yo creo que eso lo hace interesante: después de una frase metafórica encuentras una más directa".  

Frenesí distanciado

En el momento de realizarse esta entrevista, los conciertos organizados por el Primavera Sound en el Fòrum todavía eran unos grandes desconocidos. Y al grupo le intrigaba la idea de cómo sería tocar "delante de no sé cuántas personas sentaditas", como decía Pol. Para Arnau, el batería, recordemos, no era un problema: "Yo veo sentado todos nuestros conciertos y me lo paso muy bien, tíos". Ahora ya sabemos cómo son esos bolos, pero seguirá extrañando que haya tanta distancia entre grupo y gente, que no haya pogos, que tengas que contenerte para abrazar a ese viejo amigo durante algún clímax coreado. Pol: "Sabes que no va a ser un concierto normal, pero casi por eso, por estar ahí, como anécdota y cosa rara, yo la entrada me la pillaba".