EN LA AUDIENCIA NACIONAL

Arranca el juicio a la SGAE de Teddy Bautista por apropiación indebida

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Ángeles Vázquez

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Casi una década después del arrestó a la cúpula de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y la intervención de la entidad, la Audiencia Nacional ha comenzado el juicio de su presunto saqueo y prevé que se prolongue hasta diciembre. La sesión se ha dedicado a cuestiones técnicas, que continuarán este martes cuando previsiblemente empiecen a declarar los principales acusados: el presidente de la SGAE desde 1998 hasta su arresto en 2011, Eduardo Bautista, 'Teddy Bautista', y su mano derecha, José Luis Rodríguez Neri, que se enfrentan respectivamente a 7 y 12 años y medio de prisión.

Aunque lo habitual es posponer cualquier decisión sobre las cuestiones previas a la sentencia, el tribunal ha retirado ya la acusación particular que ejercía el baterista uruguayo Hermes Calabria, al entender que resultaría un "absurdo" mantenerla, cuando la propia entidad se había retirado del procedimiento penal, y él dirige su reclamación contra la propia SGAE. Como la entidad se reservó la posibilidad de ejercer acciones civiles en otro procedimiento, la sala también ha decidido, con la oposición del fiscal, excluir del juicio a las mercantiles a las que se les reclamaba una responsabilidad civil subsidiaria por los hechos juzgados.

Proceso inquisitorial

La Fiscalía Anticorrupción responderá este martes a las alegaciones de las defensas, que calificaron de "inquisitorial" la instrución y pidieron la "nulidad plena" de varias pruebas, como las intervenciones telefónicas de las que fueron objeto Bautista y los otros nueve acusados (una décima ha fallecido) con los que comparte banquillo por presuntamente haber puesto en marcha "una sofisticada estratagema para derivar masivamente fondos" de la SGAE a una de sus filiales, la Sociedad Digital de Autores y Editores (SDAE), creada en el 2000 y a cuyo frente estaba Rodríguez Neri, que a su vez asignaba arbitrariamente a una de sus empresas, Microgénesis, decenas de millones de euros para el desarrollo de supuestas soluciones tecnológicas.

El fiscal Anticorrupción José Miguel Alonso, que reclama que los acusados resarzan con 47,6 millones a la SGAE por el perjuicio causado, pide siete años de cárcel para Bautista por un delito de apropiación indebida o, alternativamente, de administración desleal, mientras que para Rodríguez Neri y su colaborador Rafael Ramos solicita 12 años y medio por ese mismo delito, falsedad de documento mercantil y asociación ilícita.

Frente a las defensas, Anticorrupción sostiene que Bautista introdujo a Rodríguez Neri y su empresa Microgénesis para abordar líneas de investigación y de desarrollo en el campo de las tecnologías de la información y las comunicaciones. La SDAE debía capitanear la transición de la sociedad de autores en esa dirección, pero, según el auto que daba por concluida la instrucción, "desde el comienzo fue concebida como un mero artificio, sin existencia real, sin actividad propia y sin empleados". Su única finalidad era firmar contratos con la SGAE para, ese mismo día, firmar otro idéntico con Microgénesis, "burlando el marco estatutario y los mecanismos de control" de la entidad.

"Cuasi monopolística"

Esa contratación "cuasi monopolística", por ser "arbitraria, automática y no sometida a controles", que se prolongó hasta el 2011, fue "inmediatamente aprovechada por la organización de Rodríguez Neri" y su socio, Rafael Ramos Díaz. 

Rodríguez Neri, su pareja y varios miembros de sus familias y otros investigados se pusieron de acuerdo y bajo la dirección de aquel, con un alto grado de coordinación y distribución de roles (por lo que se les acusa de organización criminal), "activaron un entramado de sociedades alrededor de Microgénesis, que les permitió la distribución y apropiación de los fondos de la SGAE (...), a la que, en sus propios términos, tenían atrapada". 

SGAE, fuente de financiación

"Mediante estas estructuras societarias interpuestas, armaron un sistema de subcontrataciones entre Microgénesis y tales sociedades, con facturación cruzada entre ellas, que les permitió conseguir unos márgenes de beneficio constantes, con el consiguiente perjuicio también constante para la SGAE, que era la fuente de financiación". En muchos de los casos se trataba de aparentes negocios mercantiles, donde los contratos eran ficticios o las prestaciones contratadas se realizaban defectuosamente.

Entre el 2001 y el 2011 la SGAE pagó a la SDAE al menos 57.154.984 euros (según los datos de Hacienda, aunque serían 71,7 millones de acuerdo con la contabilidad de la propia sociedad de autores). Solo Microgénesis recibió de la SDAE 31.054.784 euros. La SGAE, además, inyectó 10,3 millones en Portal Latino, marca de la que presumían los imputados. Según el juez, fue una inversión prácticamente perdida, porque Bautista procedió a sustituir esa denominación por la de Servicios Autorales y fueron disueltos por los nuevos dirigentes de Sgae en julio de 2012.