CRÍTICA DE CINE

'Un mundo normal': plomiza ligereza

A la tragicomedia en torno a las relaciones familiares de Achero Mañas le sobra la necesidad constante de dar lecciones de vida

Tráiler de 'Un mundo normal'

Tráiler de 'Un mundo normal' / periodico

Beatriz Martínez

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Han pasado diez años desde que Achero Mañas firmara su última película, 'Todo lo que tú quieras', aunque lo cierto es que su carrera como cineasta siempre ha parecido estar supeditada al éxito unánime de crítica y público que supuso su ópera prima, 'El Bola'. 

Ahora regresa con 'Un mundo normal', en la que vierte algunas anécdotas personales para componer una  tragicomedia en torno a las relaciones familiares. Mañas quiere hablar en ella de inconformismo, de resistencia frente a las imposiciones sociales, pero sin embargo nos encontramos frente a una película bastante convencional que no es capaz de romper ningún esquema sobre los que teoriza y que se limita a seguir patrones demasiado gastados. 

Pero que sea una película un tanto anticuada no es el mayor de sus problemas. Hay una enorme autocomplacencia a la hora de perfilar los personajes y las acciones que emprenden estos a través de una trascendencia que se antoja siempre falsa y postiza, repleta de frases hechas y diálogos forzados que los actores intentan defender de la mejor manera posible a pesar de su pretenciosa (y en el fondo insustancial) cadencia. Y aunque su tono sea entusiasta y luminoso a la hora de tratar temas como la ausencia o la muerte o la integridad moral, lo cierto es que la necesidad constante de estar dando lecciones de vida lastra una propuesta que utiliza la ligereza para terminar resultando cargante.