QUÉ HACER HOY EN BARCELONA

El centro cultural del Born prorroga su exposición sobre el dibujante Perich

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Eduardo de Vicente

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En este convulso 2020 si algo necesitamos es que nos hagan reír. Y solemos echar mucho de menos a los cómicos que no están. ¿Qué diría ahora Pepe Rubianes en sus célebres monólogos sobre el procés, la crisis de la monarquía o el coronavirus? Otro de los genios del humor que necesitaríamos es el dibujante Perich, que ironizó sobre la transición en EL PERIÓDICO DE CATALUNYA o Interviú, entre otros medios, y cuyas viñetas son, en muchos casos, aplicables a la realidad actual. Para comprobarlo basta con darse una vuelta por El Born Centre de Cultura i Memòria que presenta Perich (1941-1995) Humor amb ulls de gat. La exposición estaba prevista hasta mediados de agosto pero se ha prorrogado hasta el 10 de enero del 2021.

Esta muestra, comisariada por su colega Jaume Capdevila, Kap, pretende reivindicar su figura, su obra, su legado y su talento. Fue un gran artista y un intelectual de la época, que defendía lo que creía justo por medio de sus dibujos. Otro objetivo es analizar el actual momento de la libertad de expresión, su lucha contra la censura, cómo ha evolucionado en los últimos años y, por último, ofrecer una mirada panorámica de la sociedad y los cambios que han sufrido Barcelona, Catalunya y España desde el franquismo hasta la democracia. Para ello se repasa brevemente su vida, se muestran más de 150 originales, material inédito (como su primer dibujo publicado), esbozos y alguna que otra sorpresa más.

El dibujante, antecedentes y compañeros

A la entrada, tras dar un gran rodeo por el centro y descubrir los vestigios de las casas de Barcelona tras la derrota del 1714 en la parte inferior, penetramos en la sala Casanova donde se encuentra un dibujo tridimensional de una de sus características viñetas junto a la que podemos fotografiarnos. El primer espacio, El Perich (vist per Perich) nos ofrece unos pocos datos sobre quién era, sus autorretratos, algunos de sus personajes y una reproducción de su casa, repleta de fotos enmarcadas (de niños, con la Trinca, colegas como Óscar Nebreda o su boda cuando aún no llevaba barba), su biblioteca (con libros habituales de la época que nos traerán muchos recuerdos), la botella de whisky o un cenicero (era un fumador compulsivo).

Continuamos nuestra visita en Perichs abans de Perich, una habitación en la que se pueden ver los trabajos de otros humoristas gráficos anteriores o contemporáneos como Opisso, Apel·les Mestres, Muntañola, Mingote, Forges, Chumy Chúmez, Oli, Gin, Martinmorales o Ivà. Sus dibujos se combinan con las portadas de revistas satíricas de todos los tiempos como El Borinot, la añorada La Codorniz o Mata Ratos, en una vitrina. Vale la pena detenerse en sus textos para comprobar cómo ha ido cambiando el humor en todos estos años. Igualmente se muestran algunos de sus chistes sobre Franco junto a noticias de diarios de la época y nos van ofreciendo algunos datos de su vida.

El gato, la tele y otras ocupaciones

Humor amb ulls de gat nos presenta a su personaje favorito, un gato que comentaba la actualidad, el borrador y los primeros esquemas de su parodia del Telediario, Noticias del 5º Canal, que alcanzó una gran popularidad. Abundaban las críticas a la censura, al franquismo, a la derecha y sus constantes referencias a dos cantantes, Julio Iglesias y José Luis Perales, a los que tenía habitualmente en su punto de mira. A finales de los 70 y principios de los 80, se añaden nuevos temas como las elecciones y el destape... Siempre incisivos y rabiosamente actuales. Por ejemplo, uno sobre la casa real que parece escrito ayer. Otras de sus frases geniales que no han pasado de moda: ¿Conocen el cuento de Alí Babá y las cuarenta inmobiliarias?, La religión sirve para ayudarnos a resolver una serie de problemas que no tendríamos si no existiera la religión, La democracia es el menos malo de los sistemas políticos, pero es perfectamente posible empeorarla...

Perich caleidoscòpic demuestra que no solo era genial con sus tiras cómicas y los libros que las reunían (como la genial Autopista, sátira del Camino del Opus Dei), sino que hizo un montón de trabajos más como colaborador televisivo (en una pantalla se muestra algunas de sus intervenciones), caricaturas de políticos de esos años (Maragall, Pujol, etcétera), portadas de discos (Don Jaume el conquistador, de la Trinca), cartas o documentos, el premio Gato Perich creado en su honor y lo más inesperado, el guion de la película Un baturro en Nueva York coescrito con José Luis Guarner que debía dirigir Francesc Bellmunt y que nunca llegó a hacerse realidad. El último tramo es el más triste, presidido por la portada de EL PERIÓDICO DE CATALUNYA del día en el que, inesperadamente, falleció.

Un ‘ninotaire’ imprescindible

Un recuerdo tan necesario como divertido de un ninotaire imprescindible para entender la historia del humor en nuestro país, su defensa por la libertad creativa y su combate contra el fascismo. Un artista que añoramos por su elegancia, su mordacidad y su honestidad. Otra de sus frases cerrará este artículo: “El símbolo de la libertad es la antorcha. Por lo fácil que es apagarla”. Que no desaparezca nunca su legado, esa capacidad para denunciar las injusticias con tan solo un lápiz y un papel, la herencia que nos dejó mientras nos arrancaba una sonrisa.