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Dinoland: una exposición para ver a los dinosaurios en movimiento

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Eduardo de Vicente

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La mayoría de los niños suelen tener debilidad por los animales. En cuanto ven un gato o un perro tienen la intención de acercarse a él y acariciarlo. Más inexplicable es lo que sienten por los dinosaurios, unos seres enormes en muchos casos que existieron hace millones de años y a los que nunca han podido ver en acción. Sin embargo, la ficción está repleta de ellos desde las visiones más infantiles de series como Dino Tren a las más terroríficas como la saga de Parque Jurásico, de Steven Spielberg, en la que consiguen devolverlos a la vida de forma muy creible.

Eso, por ahora, no es posible, pero lo más parecido a ello es la exposición Dinoland que puede verse estos días en la cúpula del centro comercial Arenas de Barcelona. Estaba previsto que acabara el domingo próximo pero el éxito de la convocatoria ha provocado que se haya prorrogado hasta el 25 de septiembre, siempre con un aforo reducido a 50 personas cada media hora y siguiendo un itinerario para respetar la distancia de seguridad.

Una veintena de reproducciones y un cuestionario

El principal atractivo del recinto son los cinco espacios en los que se encuentran 26 reproducciones muy fieles de los animales. Parece que estén quietos pero todos ellos se mueven o gritan en algún momento. Hay que estar atentos porque en cualquier momento puede saltar la sorpresa y llevarnos un susto si estamos a su lado. Para hacer más divertida la experiencia han preparado un cuestionario sobre la exposición en la que los peques, con la ayuda de los adultos, pueden buscar las respuestas a las preguntas que se les formulan repasando los textos explicativos que acompañan a los animatronics.

Empezamos a lo grande ya que, al entrar, nos encontramos con algunos de los más grandes, como el más popular, el Tyranosaurus Rex, pero también hallaremos al volador Pteranodon, al Ankylosaurus con su caparazón en forma de armadura o al Oviraptor recogiendo los huevos, entre otros. A algunos de ellos, los peques ya los conocen por la serie de filmes En busca del valle encantado, no por casualidad, producida por Spielberg. A su derecha podemos ver, en el segundo espacio, a otros como el Ceratosaurus, el Styracosaurus con sus grandes cuernos, el omnívoro Pachycephalosaurus o el Parasaurolophus con su sorprendente cresta alargada.

De ‘Ice Age’ a la sabana

El último espacio dedicado a los dinos muestra a otros tres: el veloz Coelophysis, el Allosaurus (lagarto extraño, en griego) y el Raptorex, un pariente más pequeño del Tyranosaurus. El siguiente apartado hará las delicias de los amantes de la saga de Ice Age ya que permite ver cómo eran, en realidad, los personajes protagonistas de estos filmes animados de la edad de hielo. Hay un mamut como Manny y un tigre dientes de sable como Diego, pero también un Chalicotherium (que tiene un cameo en la segunda parte, El deshielo), una ave del terror y un rinoceronte lanudo.

Finalmente, en el último vallado encontraremos a animales que aún podemos encontrar en la sabana contemporánea y que, ahora, parecen trasladarnos a la fauna de El rey león. El rey de la selva, por supuesto, es uno de los ejemplares, pero también hallaremos un cocodrilo del Nilo, una cebra común y no podía faltar el imprescindible elefante.

Fotos y dibujos

Evidentemente, uno de los atractivos de esta muestra es poder hacerse fotos con ellos para que los peques puedan presumir delante de los amigos pero, además, hay otros rincones pensados como un photocall. Así pueden posar junto a dos huevos de dinosaurio, un tigre dientes de sable, estirando la cola de un Tyranosaurus o junto a un paisaje rocoso o una cascada.

Para acabar el itinerario acudiremos al taller de dibujo. Allí entregaremos la papeleta y, si las respuestas son correctas, nos darán un título de paleontólogo junior personalizado que los niños conservarán como un tesoro. Pero es que, además, pueden hacer en cuestión de segundos espectaculares dibujos de algunos de los animales de la exposición y otros de propina. El método es muy sencillo, hay unas placas en relieve y lo único que tienen que hacer es poner encima una hoja de papel y pasar la tiza y el resultado es muy curioso.

Aquí también se encuentra la tienda de regalos en la que podemos adquirir, siempre con motivos relacionados con el tema figuras de plástico, libros, tazas, huevos de dinosaurios que crecen en el agua o lo más original, una mochila con forma de cabeza de dino. Un viaje de 250 millones de años que dura, aproximadamente, algo más de una hora y que nos hace creer que, pese al meteorito, parece que los dinosaurios sigan estando vivos.