GRAN ESTRENO EN 'STREAMING'

'Mulán', una aventura épica solo en nuestros salones

La pandemia ha llevado a Disney a estrenar el esperado 'blockbuster' en su plataforma online, en la que se podrá ver previo pago de una importante cantidad extra

Icult Mulan

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Juan Manuel Freire

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"Ha habido muchos relatos sobre la gran guerrera Mulán", dice la voz en off del venerable Zhou (Tzi Ma) al principio de 'Mulán', versión 2020. Y dice la verdad. Para una gran parte del mundo, el personaje es básicamente una aguerrida princesa Disney, pero en China es la heroína por antonomasia: una parte esencial del imaginario colectivo desde mucho antes del relato animado de 1998.

La muy contada historia de Hua Mulán, joven que se hace pasar por hombre para salvar a su padre enfermo y, de paso, a su país, tiene su primera base en un poema narrativo transcrito en el siglo VI. A principios del XX se produjeron varias adaptaciones al cine, como la popular 'Hua Mulan cong jun' ('Mulan se une al ejército'), dirigida por Bu Wancang en 1939 y origen de una renovada fiebre por el personaje. Los míticos estudios Shaw Brothers propusieron en 1964 'Hua Mu Lan', visión en CinemaScope que disparó la carrera de la actriz Ling Po

La versión de Disney de 1998 no fue demasiado popular en China: al público local le inquietaron las libertades tomadas en cuanto al diseño de la heroína (que les parecía coreana u occidental) o el tratamiento paródico reservado a un animal sagrado como el dragón. Aunque acabó recaudando globalmente más de 300 millones de dólares (475 de hoy en día), en China hizo una sexta parte de lo esperado.  

Primer intento frustrado

El anuncio de otra 'Mulán' de Disney, esta vez en imagen real, se remonta al 2010. Con Zhang Ziyi como protagonista y el 'hitmaker' Jan De Bont ('Speed') como director, olía a triunfo, pero la financiación cayó en el último minuto. En el 2015 se anunció el segundo intento y, solo un año después, el cambio de guionistas. Disney medía sus pasos para contentar tanto al público Disney tradicional como al de China, por entonces mercado en veloz desarrollo. La protagonista no podía parecer coreana ni occidental: es la china (de Wuhan, para ser precisos) Liu Yufei, que ya fue considerada para 'Mulan: Rise of a warrior', adaptación estrenada en el 2009. El Emperador es el icono asiático Jet Li.

¿Y Li Shang, líder del regimiento imperial? Ni rastro de él. Según el productor Jason Reed, en la era pos-MeToo parecía "incómodo" e "inapropiado" que el jefe de Mulán fuera también su interés amoroso. Algunos fans apuntarib que, en realidad, Li Shang no hace ningún avance descortés y solo se interesa por Mulán tras acabar la guerra. Pero la decisión había sido tomada: el personaje se escinde en el Comandante Tung (Donnie Yen) y Honghui (Yoson An), un colega soldado que hace un educado acercamiento tras pasar toda la vorágine.

El villano, Shan Yu, es ahora Böri Khan (Jason Scott Lee), líder huno que ansía vengar la muerte de su padre. Tiene de su parte a un nuevo personaje, la bruja Xianniang (Gong Li). Otra novedad es el Fénix que acompaña a Mulán en sus momentos de resurgir, una criatura majestuosa y silenciosa. No busquen canciones, aunque Christina Aguilera vuelve a interpretar 'Reflection' en los créditos finales.

Espectáculo doméstico

A los mandos de la película no hay un director o directora de China, sino la neozelandesa Niki Caro, que al menos ha absorbido con bastante pericia las lecciones de acción de Zhang Yimou en clásicos wuxia como 'Hero' y 'La casa de las dagas voladoras'. Caro reclutó a Bill Kong, celebrado productor de aquellas, para que aportara toda su sabiduría a la difícil aventura. 

Las luchas acrobáticas y explosiones bélicas (sin sangre) no se podrán apreciar, sea como sea, en pantalla grande, no al menos en territorios donde exista Disney+, en cuyo catálogo estará disponible desde el viernes, día 4, a precio no del todo amigo: 21,99 euros, bastante menos, sea como sea, de lo que habrían costado unas entradas de sábado noche para una familia de cuatro (sin contar palomitas y bebidas). Precio inferior por una experiencia también inferior, sin la intensidad y el componente ritual de una visita a los cines.

Este desvío de un 'blockbuster' hacia el PVOD (premium video on demand) es más, seguramente, anomalía que señal de un futuro inminente. Renunciar a la explotación en sala de cine (que han mostrado su indignación por la decisión de Disney) sería descartar un modelo de negocio demasiado provechoso, además de toda una cultura. Como ha demostrado el éxito de 'Tenet', el público sigue dispuesto a ir al cine. De hecho, no parece haber otro destino inicial para 'Soul', próxima de Disney/Pixar, que las viejas salas, donde llegará el 20 de noviembre.

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