Opinión | PERIFÉRICOS Y CONSUMIBLES

Javier García Rodríguez

Escritor y profesor de Literatura Comparada en la Universidad de Oviedo

Javier García Ródriguez

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Escritor 'millennial', bonito

Ni santo ni inocente, el escritor 'millennial' se encuentra con sus mayores, los mira de soslayo y hace un chiste, porque él es más de Broncano que de bronca

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Arrinconada en España la lucha de clases de la yenka política (izquierda-derecha) gracias al apartamento en Torrevieja de los ochenta, al monovolumen y al camping de los noventa, a la calificación de deuda de Standar & Poors de los 'dosmile's y al Vistalegre de los 'dosmildieces', y arrinconado el ablativo absoluto de las clases de latín en secundaria, han surgido, en cambio, luchas distintas para mantenernos en forma: 1/ la lucha extrema de Ultimate Fighting Championship, 'Muai Thai', Kickboxing o 'Tudo Vale', 2/ los de arriba y los de abajo (como aquella serie mítica de la televisión inglesa), podemos decir, y 3/ la lucha de escritor 'millennial' contra el mundo mundial.

El escritor 'millennial' no se agazapa en las cárcavas ni se acurruca en su madriguera por temor a otros depredadores. El escritor 'millennial' no es cauto ni precavido. No se esconde, no huye, no se acobarda. El escritor 'millennial' no se atrinchera a la espera de una contienda larga y de desgaste. Tiene armas de asalto, técnicas de guerrilla urbana, munición pesada, perdigón lobero. Viene con prisa el escritor 'millennial'. Viene con suplementos, también vitamínicos. Viene enredado, 'TikToker', trilingüe, poliamoroso y doctorando. Llega a la casa común y olfatea el ambiente. Le huele a naftalina y a valores que valen para él lo que no vale un peine. El escritor 'millennial' va mostrando sus 'tatoos' cual banksys cotidianos, va alimentando egos con abracitos asexuados o declaradamente 'bondage', va edificando currículos a base del 'ailaikaik' de la poética del hermano gemelo de Jakobson, va forjando leyenda en narrativa pasiva, en ensayo yoyó, en poesía siamesa.

El escritor 'millennial' se ríe de los viejos que no alcanzan a ver más allá de sus gafas graduadas. El escritor 'millennial' se cruza, por azar, con el simple Azarías y le suelta un “'Millennial', bonito”, muy reivindicativo. Ni santo ni inocente, el escritor 'millennial' se encuentra con sus mayores, los mira de soslayo, hace un chiste que quizá fuera chanante antaño pero ahora es la resistencia en su casa de papel ('o bella ciao') porque él es más de Broncano que de bronca y su anagramaY entonces, el escritor 'millennial' fuese y no hubo nada, como pasó con el valentón del soneto cervantino. Yo, por mi parte, añoro la antiquísima lucha de clases. Con su lucha. Y con sus clases.

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