CRÍTICA

Gancedo despide el ciclo 'Estiu al Palau'

La soprano argentina convence con un programa hecho a medida con obras de Ginastera, Weill, Satie y Britten

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Pablo Meléndez-Haddad

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La incertidumbre que hoy rodea las relaciones sociales tiene en los espectáculos culturales un oasis de tranquilidad. Buen ejemplo de ello es el ciclo 'Estiu al Palau', que bajo estrictas medidas llenó de música el auditorio modernista durante julio y agosto para despedirse el 1 de septiembre con un recital de la soprano argentina Mercedes Gancedo. Vestida atrevidamente con un hermoso vestido ¡amarillo! -pasando de la tradición en el teatro que asociar ese color con la mala suerte-­ revisó un programa que se movió entre la canción de autor argentina y piezas de cabaret. Ante un público reducido -no solo por la disminución obligatoria del aforo, ya que las citas anteriores consiguieron vender más entradas-, la ganadora del Premio El Primer Palau 2017 acaparó aplausos gracias a una voz de cuidado fraseo, suficiente potencia y excelente dicción.

Segura y siempre muy bien acompañada por Beatriz Miralles al piano, Gancedo comenzó la velada de la mano de Carlos Guastavino y cinco de sus canciones, entre ellas la conocida 'La rosa y el sauce', aunque la que más destacó fue la seductora 'Bonita rama de sauce' en la que la intérprete brilló con un absoluto dominio del texto y la melodía. De Alberto Ginastera se escuchó una gran versión de la 'Canción al árbol del olvido' y sus 'Cinco canciones populares argentinas'.

Vertiente cabaretera

El ambiente cabaretero lo implantó el gran Kurt Weill y su 'Speak low', estándar que formó parte del musical 'One touch of Venus' (1943) y que Gancedo bordó con seguridad y buen gusto, características que también empaparon ese 'hit' de Eric Satie que es 'La diva de l'Empire'. De William Bolcom se ofrecieron otras tres canciones de cabaret, 'Amor', 'Song of Black Max (as told by the de Kooning boys)' y la tragicómica 'George', mostrando a una intérprete relajada y desinhibida que explotaba adecuadamente su vertiente más histriónica y en la que se mostró siempre cómoda.

Dos canciones de Britten sobre textos de Auden, 'Tell me the truth about love' y 'Calypso', antecedieron al cierre del programa con 'Les chemins de l' amour' un soberbio Poulenc, dicho con gracia y fuerza comunicativa.