ESTRENO DE CINE

'Antebellum': el 'black terror' que denuncia el racismo

El estreno de 'Antebellum' demuestra, junto a otros filmes y series recientes como 'Déjame salir', 'Nosotros' y 'Territorio Lovecraft', la pujanza de un cine de terror con conciencia afroamericano

Janelle Monáe, en un fotograma de 'Antebellum'

Janelle Monáe, en un fotograma de 'Antebellum'

Quim Casas

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Q C Entertainment es una productora independiente montada por dos productores blancos, Sean McKitrick y Raymond Mansfield, que ha dado una notoria vuelta de tuerca a las reivindicaciones afroamericanas a través del cine de género. La compañía produce 'Antebellum', un ejercicio de suspense y terror psicológico ambientado aparentemente en dos épocas y dos escenarios, que pone el dedo en la llaga en el racismo del viejo sur estadounidense, antes, en plena guerra de secesión, y ahora. Y antes produjo 'Déjame salir' (2017), de Jordan Peele, otro sugestivo relato de terror doméstico convertido en crítica al racismo más desaforado, e 'Infiltrado en el KKKlan' (2018), la alucinante película de Spike Lee basada en el caso real de un agente de policía negro que se introdujo en las filas del Ku Klux Klan en los años 70.

McKitrick, Mansfield y los directores y guionistas con los que han trabajado -Peele es el nuevo abanderado del cine afroamericano, por encima del mismo Lee- han sabido aunar relatos puros de género con el tema de los derechos civiles, fantasías de horror con la desigualdad de razas y clases. Es un fenómeno que está dando frutos tan notorios que puede hablarse de un auténtico 'black terror', algo impensable en este género, tan codificado desde el pensamiento blanco, hace unos años.

Si algunas películas recientes de superhéroes están realizadas al alimón entre una directora y un director, caso de 'Capitana Marvel', ya que este es otro género en el que las cuestiones reivindicativas, en este caso feministas, han calado hondo, 'Antebellum' viene firmada por un cineasta de raza negra, Gerard Bush, y otro de raza blanca, Christopher Renz, para que el discurso sea más equilibrado y renuncie al panfleto. Su propuesta es bastante original, como la de 'Déjame salir', en la que Peele le daba por completo la vuelta a productos hollywoodienses tan blandos como 'Adivina quién viene esta noche', aquella película sesentera en la que Sidney Poitier, el actor negro asimilado por las plateas blancas porque se encontraba a años luz de los planteamientos de Malcolm X, Angela Davis y los Black Panthers, era invitado a cenar por su novia blanca en casa de sus conservadores padres.

Metáfora social

Tras este ejercicio de terror moderno y racial recompensado con el Oscar al mejor guion, con un joven negro como centro de las iras de una familia burguesa, blanca y desquiciada, Peele dirigió 'Nosotros' (2019), también producida por Sean McKitrick y mucho más escorada al cine fantástico y con imágenes y situaciones aún más impactantes; otra demostración de que el género puede ser siempre una buena metáfora social, política y racial, además de pura diversión.

En el mismo 2019, Peele crearía y produciría la nueva versión de un clásico catódico, 'The twilight zone', orientando varios episodios de esta famosa serie de historias situadas en una dimensión desconocida hacia la temática del racismo. Parece un esbozo de lo desarrollado después en 'Territorio Lovecraft' (2020), la serie producida por Peele y J. J. Abrams y creada por la guionista Misha Green en la que el horror real del racismo en los Estados Unidos de los años 50 se mezcla con criaturas y ritos propios de de H. P. Lovecraft, escritor que nunca simpatizó con la raza negra y creó su mitología y ciudad propia.

También creó una mitología y un condado propios William Faulkner, un escritor radicalmente distinto, a quien los directores de 'Antebellum' citan en el inicio de su filme: "El pasado nunca está muerto. Ni siquiera es pasado". Una sentencia concluyente en cuanto al supremacismo blanco y las reivindicaciones negras, sobre todo después de recientes casos como las muertes de los jóvenes afroamericanos George Floyd y Rayshard Brooks a manos de agentes de policía blancos.

Viene de lejos

Estas películas y series apuntalan una contundente oleada de cine de 'black terror' original, intenso y concienciado, pero conviene recordar que la tradición empezaría en 1968 con 'La noche de los muertos vivientes', la película de George A. Romero en la que el único supervivientes de los zombis era un hombre negro que acababa siendo abatido a tiros por la policía. Después, en clave más 'mainstream', el género tendría su propio Dracula negro, 'Blacula' (1972), en pleno festín 'blaxploitation'. Su director, William Crain, incluso realizaría un remodelación inenarrable del clásico 'El doctor Jekyll y Mister Hyde' en 'Dr. Black, Mr. Hyde' (1976), mezcolanza de terror y erotismo. El muy rentable cine 'blaxploitation' le hincaría igualmente el diente a los zombis y el vudú en 'Sugar Hill' (1974), y al mito de Frankenstein en 'Blackenstein' (1973), con un excombatiente en Vietnam con los miembros amputados convertido en cobaya experimental de un científico loco.

 'Blade', personaje de cómic encarnado en tres películas por Wesley Snipes, es mitad vampiro mitad humano, y 'Candyman, el dominio de la mente' (1992), un buen filme de terror que generaría varias secuelas, cuenta la historia de un esclavo negro mutilado por la chusma que se reencarna en una criatura fantástica y vengativa. Precisamente Peele, quién si no, acaba de producir y escribir una nueva lectura de 'Candyman' dirigida por Nia DaCosta.

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