FESTIVAL DE MÁLAGA

'Los europeos': la mirada de Rafael Azcona

Víctor García León adapta en 'Los europeos' la novela del escritor y guionista, en la que viaja a aquella Eivissa 'prehippie' de finales de los 50

Juan Diego Botto, Víctor García León y Raúl Arévalo, en la presentación de 'Los europeos' en Málaga

Juan Diego Botto, Víctor García León y Raúl Arévalo, en la presentación de 'Los europeos' en Málaga / periodico

Beatriz Martínez

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Rafael Azcona publicó en 1960 la novela 'Los europeos', aunque más tarde se encargaría de reescribirla incorporando todo lo que no se atrevió en ese momento por autocensura, devolviéndole toda su esencia vitriólica para hablar de temas como la misoginia, la represión moral y el anhelo de modernidad.

Ahora, Víctor García León se encarga de llevar a la pantalla este clásico de la literatura contemporánea que nos retrotrae a una España mojigata de finales de los 50 en la que Eivissa se convierte en una promesa de libertad. Sus protagonistas son dos pícaros solteros con ganas de divertirse sin complicaciones: Antonio (Juan Diego Botto) es un libertino con dinero y Miguel (Raúl Arévalo) mantiene un perfil bajo hasta que aparece una chica francesa, Oddette (Stéphane Caillard) que lo sacará de su ensimismamiento.

«Es como un análisis de por qué nos enamoramos de una fantasía, de una imagen proyectada y cómo nos desenamoramos de lo que conocemos. Al darte cuenta de que tu fantasía no existe, se terminó la fascinación y llega el desencanto», cuenta Víctor García León, que presentó ayer la película a concurso en Málaga.  El filme, por cierto, se estrena el lunes en Orange TV sin pasar por las salas de cine.

El director no quería hacer un filme nostálgico de una época pasada, sino melancólico de algo que no ha llegado a existir. Porque en realidad, como él mismo dice, ese paraíso ibicenco 'prehippie' es una fantasía, una especie de país de Peter Pan. 

Sueño de verano

'Los europeos' captura esa aura de sueño de verano, entre fiestas interminables que abarcan varios días donde se desata la líbido mientras suenan canciones italianas y francesas y mañanas de resaca y playa donde los guardias civiles vigilan para que se conserve el decoro.

García León quería huir del estereotipo de película de época, contar una historia que tuviera lugar en 1958, pero con las claves narrativas de ahora. «Seguimos teniendo muchos complejos como país, mucho sentimiento de inferioridad, pero al mismo tiempo hay un poco de arrogancia. Tenemos una imagen de nosotros exageradamente buena y el reflejo que nos devuelve es algo que nos decepciona», continúa. 

El director, que se encuentra rodando en estos momentos la nueva temporada de 'Los hombres de Paco', reconoce que su anterior película, 'Selfie', ha quedado como una comedia costumbrista «blandita» después de todos los acontecimientos políticos que han ocurrido en los últimos dos años y medio. «No se puede hacer ya parodia en este país porque las noticias normales se acercan cada vez más a las de 'El Mundo Today'. No hay manera de afilar la realidad, porque la realidad ya es un disparate muy afilado».

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