ENTREVISTA

Gloria Estefan: "Ahora hay un clima antilatino en Estados Unidos"

La cantante de origen cubano pubica su primer álbum en siete años, 'Brazil305', una "exploración de las raíces africanas" de la música latina a través del gigante suramericano

Gloria Estefan, en una imagen promocional de su nuevo disco

Gloria Estefan, en una imagen promocional de su nuevo disco

Jordi Bianciotto

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Gloria Estefan atiende a este diario por teléfono desde su casa en la playa, en Vero Beach, Florida, a dos horas y media al norte de Miami. “Bajé un día para el cumpleaños de mi nieto, pero volví porque no podía ver a nadie”, lamenta sin dramatizar. Su nuevo disco, ‘Brazil305’, que sale a la venta este jueves, lleva la conversación hacia un terreno ilusionante: es su primer disco en siete años, con adaptaciones de sus canciones orientadas a celebrar la africanidad de las músicas latinas a través del gigante suramericano.

El 305 es el distintivo telefónico de Miami.

Quería que este disco fuera un puente entre Miami y Brasil, porque es una exploración de las raíces africanas que tienen tanto la música cubana como la brasileña. Un fan me dijo que en Brasil hay exactamente 305 grupos de indígenas: una coincidencia. Ya hice un disco titulado ‘Rio’ (1982), con letras en español para temas brasileños, y adapté ‘Lança perfume’, de Rita Lee, convirtiéndola en ‘Baila conmigo’. Siempre he tenido mucho amor por las músicas brasileñas, y cuando la compañía me propuso ir a Brasil a grabar mis temas, y algunos inéditos, me pareció una idea espectacular. Y más todavía acompañando el disco de un documental que grabamos en Brasil.

¿El álbum iba a salir en el 2017?

Sí, pero a raíz de la pérdida de mi madre tuve que posponerlo, porque no podía cantar, no me salía la voz. La tristeza que me cubrió por año y medio o dos años fue dura y por eso se ha tardado tanto.

La música brasileña es un todo un mundo, con un auténtico laberinto de géneros y ritmos. ¿En qué faceta de ese universo sonoro quiso fijarse?

Quisimos usar los arreglos y el estilo que seguían en los años 60 y 70 músicos como Jobim, con orquestaciones espectaculares y una banda completa. Los arreglistas son brasileños y han hecho adaptaciones tremendas de ‘Mi tierra’, ‘Ayer’, ‘Abriendo puertas’... Ha disfrutado mucho. También he hecho una adaptación en español de ‘Here we are’, que ahora me gusta más que la versión en inglés. Tratamos de mantenernos leales a la esencia de los temas, pero con puro ritmo brasileño, y no solo samba y bossa nova, sino también otros, como la samba de roda. En ‘Cuando hay amor’, el ‘single’, mantuvimos la raíz colombiana, porque los autores eran de allí y porque ahora en Brasil es muy popular el sonido folclórico colombiano, con acordeón. Esa canción es samba de roda, que es un ritmo que viene del final de las ceremonias de candomblé, la religión yoruba. La gente se ponía en medio de un círculo y bailaba, con mucho movimiento de pies y caderas. En el video puedes ver el lago Abaeté, donde salen las bahianas descendientes de las que crearon ese ritmo, y que componían e improvisaban mientras lavaban la ropa en el lago.

¿Cuál es el origen de su interés por la música brasileña?

Me crie escuchándola, porque mi madre tenía esos discos. Cuando comencé con el grupo [Miami Sound Machine], a los 17 años, hice que ellos aprendieran ‘Corcovado’, ‘Desafinado’, ‘Garota de Ipanema’... Me gustan muchos artistas: de Milton Nascimento a Carlinhos Brown. Seguí mucho a Elis Regina, que murió tan joven, con 36 años. Entrevisté a su hija, Maria Rita, para el documental, y fue muy interesante porque ella tiene muchas cosas en común con mi hija. Me encantan las baladas y la bossa nova, y me divierte muchísimo la samba. En nuestras giras siempre hemos hecho versiones en samba: ‘Live for loving you’, incluso ‘Conga’. Me gusta la complejidad de esos ritmos y su sensualidad.

Y sus ancestros africanos, con el ritmo como sustrato.

El origen de la música son los tambores: el primer teléfono. Cuando me preguntan por qué nuestra música ha funcionado mundialmente, respondo que es porque gran parte de ella es percutiva, y que eso se entiende en todas las culturas. Incluso los japoneses usan unos tambores grandes, como parte de las ceremonias. En Cuba, el baile de la chancleta salió de que la gente vivía en un solar y se ponía chancletas de palo para poder ir al baño, que era comunal, y así no pisaban el suelo. Al cruzar el solar se creaba mucho eco, y de ahí nació un ritmo como el del rap americano. Bailes en los que se juntaba gente tocando tambores. Sí, la música tiene raíces tan ricas, y es bello, y es real, y es honesto. El oyente no tiene porqué entender de dónde viene para sentir que lo es.

Se atreve con el portugués en un tema, ‘Magalenha’, dueto con Carlinhos Brown.

Que fue dificilísimo, porque es muy rápido. Fue divertido. Yo ha he hecho versiones de mis canciones en portugués, y quería que este disco se centrara en la música. Por eso dejé los temas en su versión original o bilingüe en español e inglés.

Siete años sin publicar un álbum: ¿se siente en una etapa de su vida en la que quiere mantener más distancias con el mundo discográfico?

Es que pasaron tantas cosas al mismo tiempo... Hicimos el musical sobre nuestra vida, ‘On your feet!’. Me pasé hasta dos meses en el Reino Unido trabajando con los actores para que entendieran los personajes y profundizaran en ellos. Y lo mismo en Holanda. Pensábamos llevar la obra a España, y la estamos traduciendo. Pero, sí, mi última gira mundial fue en el 2004, y luego me he limitado a ir haciendo algunos ‘shows’. El plan ahora era regresar, aunque en realidad no me interesa hacer una gira mundial, porque, óyeme, es mucho trabajo, y ya pasé muchos años haciendo eso. Llega un momento en que la carrera de uno cambia, uno tiene que evolucionar, y la música es también de los artistas que salen con sonidos nuevos. Eso no quiere decir que la música deje de ser importante en mi vida. Sigue siéndolo. He seguido componiendo. Con la pandemia hice un tema, ‘We needed time’, inspirando en una conversación con mi hijo. Lo grabé yo sola. Incluso el video. Trabajé en la serie ‘One day at a time’ y tenía planificada una película para este año. Pero la música sigue siendo algo muy fuerte en mi vida, y me encanta este disco porque la idea era dar un poco de alegría y olvidar un poco cómo están las cosas; ese sufrimiento que tenemos todos en este momento.

Los éxitos de cantantes como Maluma, con sus duetos con Madonna, o Bad Bunny dan a pensar que la latinidad, y la lengua española, se van incorporando en el ‘mainstream’ estadounidense. ¿Cuál es su impresión?

Cuando tú tienes un fenómeno como ‘Despacito’ o ese dueto de Maluma con J Balvin, eso es algo espectacular. Es estupendo poder contribuir así a la buena imagen de los latinos. Se está haciendo música buenísima, aunque tenga letras difíciles de escuchar, porque son demasiado fuertes o anti-mujer. Pero la música no se puede controlar. Tiene que haber libertad de expresión. En Estados Unidos están pasando cosas, pero todavía hay una gran separación con lo latino. Cada uno está en su camino. Aún no veo esa gran mezcla. Es algo que entra y sale. Lo bueno es que ahora hay un mercado mundial. Yo escucho en mi teléfono cosas de cualquier parte del mundo. Pero uno no llega a la misma cantidad de gente que antes, cuando las multinacionales controlaban qué radios ponían tu música y quién te veía.

"No conozco personalmente a Rosalía, pero me encantaría. Qué talento, esta niña, uf... Espectacular. Me ilusionó verla en los Grammy"

¿Ve aspectos interesantes en el reguetón o el trap?

Claro que sí. ¡Yo perreo sola con Bad Bunny, me encanta! Trabaja con ideas sencillas, pero te llega y te hace moverte, y eso es lo máximo en la música. Hay cosas excelentes. Rosalía está rompiendo fronteras en el campo urbano, con una fusión de ingredientes exquisita: una voz espectacular, ella es una música tremenda, y su propuesta va más allá de lo urbano que solemos escuchar. Expone algo nuevo. Aunque yo no escucho mucho lo que va saliendo, nunca lo he hecho, porque cuando compones eras una esponja, y si se te cuela algo, ya vas tarde.

¿Conoce personalmente a Rosalía?

No, pero me encantaría. Emilio (Estefan) sí la conoció. Qué talento, esta niña, uf... Espectacular. Me ilusionó verla en los Grammy.

¿Ve lejos que un artista en español triunfe plenamente en el mercado estadounidense?

Es muy difícil, y no sé si es una cuestión de tiempo. Porque ahora mismo, en Estados Unidos, hay una atmósfera anti-latina por la inmigración y todo este lío.

"Los últimos en llegar siempre pagan los platos rotos, y el racismo no es una cosa americana, sino humana. Cuanta más ignorancia hay, más se verá a ese grupo cultural como enemigo"

¿A qué se refiere?

Mira, todo es un péndulo. Hubo momentos en que lo latino era muy popular y sexy, y ahora... Los últimos en llegar siempre pagan los platos rotos, y el racismo no es una cosa americana, sino humana. Cuanta más ignorancia hay, más se verá a ese grupo cultural como enemigo, pensando que te está quitando algo que es tuyo. En este momento está difícil la cosa. Ha habido el episodio del programa DACA. Gracias a Dios, la Corte Suprema protegió por ahora a esos muchachos, muchos de los cuales nacieron aquí: niños inteligentes, que han trabajado duro... No hay razón para que estén pasando por esto. Pero la atmósfera está muy cargada.

Quizá tienen una figura presidencial que no ayuda.

Por supuesto. Nosotros hemos tenido negocios y sabemos que desde arriba puedes infectar a toda una compañía. Todo viene de arriba. Cuando ves tanta división, y tanta retórica fea, y violenta, piensas que eso da permiso a muchas personas a acogerse a eso, y es un comportamiento muy humano; no es nada extraño. Pero con el presidente anterior, que era afroamericano y muy políticamente correcto, eso se mantenía como una tapa arriba, y ahora es como si la olla a presión hubiera explotado. La frustración por no poder controlar la covid, la falta de trabajo..., eso va creando una atmósfera de frustración y, cuando explota, lo hace siempre en el punto más débil.

Usted ha evitado significarse en sus preferencias políticas.

Jamás he apoyado a un candidato o a otro, no, no. Han venido presidentes a mi casa, cuando ya lo eran o después de serlo. Estuvo el presidente Obama, a quien tuve la oportunidad de mostrarle unas fotos bien grandes, del tamaño de una mesa, de las Damas de Blanco, porque quería que viera lo que estaba pasando. Pensé que era mi deber. Han estado los Clinton en mi casa recaudando fondos para su fundación. Pero o bien eran ya presidentes, o ya no estaban en la presidencia.

Pero le habrán pedido apoyos más de una vez.

Obama me lo pidió cuando era senador e iba a postularse, y yo le dije claramente que no apoyaba candidatos, porque soy no afiliada, ni siquiera de los independientes, que también son un partido. Tengo fans de ambos lados de la política, y respeto sus opiniones, y no me gusta tratar de influenciar a la gente simplemente porque le gusta mi música.

Y esta vez, en las próximas elecciones, tampoco lo hará.

No, no, muchacho, qué va... ¡Corriendo para el otro lado!

Bien, en estos momentos es difícil hacer planes, pero no le vemos en Barcelona desde el 2008. ¿Cómo ve su proyección en los escenarios en los próximos tiempos?

Ahora se están haciendo conciertos virtuales, y hay miles de cosas que se pueden hacer para mantener el contacto con el público. Pero creo que hacer un concierto sin fans es absurdo, aunque puedas hacerlo a través de las redes y la gente lo vea en casa. La música tiene mucho que ver con compartir la energía humana, el calor, la diversión, la alegría, la euforia. Ya volverá la música, Dios sabe si el año que viene... Pero nos mantendremos de alguna forma conectados con los fans.

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