QUÉ HACER HOY EN BARCELONA

Regresa la exposición sobre Monet con una experiencia aún más inmersiva

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Eduardo de Vicente

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Las exposiciones están cambiando en este siglo XXI y ya no se limitan a ser una muestra de cuadros u otras obras de arte. Ahora parece que hay que revestirlas con un halo de espectacularidad para hacerles más atractivas no solo para los amantes de la pintura sino también para el público menos entendido pero más curioso. Un buen ejemplo de esta tendencia fue la interactiva Meet Van Gogh que estuvo el año pasado en Barcelona y a la que se unió, meses más tarde, Monet, l’experiència immersiva para estrenar el nuevo Centre D’Arts Digitals Ideal. Pretende ser un completo viaje audiovisual por el impresionismo guiado por la obra de Claude Monet y sus series de cuadros mediante una gigantesca proyección y una experiencia virtual.

Ya no es la misma exposición de hace unos meses, ahora han renovado la sala, mejorando la técnica para ofrecer una experiencia aún más inmersiva, que se ha prorrogado hasta el 27 de septiembre. El aforo se ha limitado a un máximo de 50 personas por hora, hay una señalización del recorrido para garantizar la distancia y nebulizadores para ir desinfectando periódicamente los espacios comunes, así como una nueva aplicación informativa para móvil con la intención de evitar contacto con el material impreso. Por cierto, que los lectores de EL PERIÓDICO DE CATALUNYA pueden acceder a precio reducido (9 euros) los miércoles y viernes de 15 a 16 horas durante la primera quincena de agosto. ¿Todo a punto? Empezamos el recorrido.

El pasillo inicial está compuesto por siete plafones en los que se nos introduce en su trabajo por medio de diversos textos que nos ayudan a comprender mejor su importancia. Monet, el maestro de la luz, la relación de la fotografía con el impresionismo, el movimiento, la teoría del color, la nueva óptica, las tonalidades, la desaparición del color negro o la vida del pintor vinculada con el periodo histórico que le tocó vivir.

La historia del Ideal y una actividad infantil

A continuación, en una pequeña sala se proyecta el documental Ficció i memòria que no guarda relación con este evento sino que se centra en el edificio Ideal, un local que ha sufrido una gran evolución desde su inicio en 1917 hasta la actualidad. Para la gente del Poblenou es una parte muy importante del barrio ya que ha sido espacio cultural, pista de patinaje, teatro de variedades, ring de boxeo y lucha libre, cine, estudio de televisión y archivo de una cadena cinematográfica. En este reportaje, los vecinos explican lo que significa para ellos y los expertos destacan su relevancia.

Volvemos a Monet con un espacio dedicado a los niños. Allí hay esparcidas unas réplicas de los cuadros del autor pero inacabadas, para que ellos las completen con ceras. Igualmente hay dos cuadrados iluminados para que combinen círculos de colores y puedan ver el efecto de cómo cambian. Deben utilizar unos guantes desechables que les facilitarán para manipular los objetos.

Envueltos en cuadros impresionistas

Entramos ya en la sala inmersiva, la principal, donde se proyecta en una pantalla de 1.000 metros cuadrados y en 360 grados, suelo incluido, un documental colorista que repasa su trayectoria a lo largo de 35 minutos. El público se acomoda en unos cuadrados, unas tumbonas o hay hasta quien se estira en el suelo mientras muchos de ellos se hacen fotos aprovechando un fondo fantástico. Podemos girar la cabeza de vez en cuando, la música también es envolvente y resulta bastante hipnótico aunque también hay que advertir un detalle, los títulos de sus cuadros no están en catalán ni en castellano… sino ¡en inglés!

El mismo se inicia en el París de la Belle Époque, la era de la fotografía, la electricidad y los cabarets como el Moulin Rouge y cuando se celebró la primera exposición impresionista. Atraviesa Holanda, los acantilados de Normandía y Bretaña, donde destacan los coches de caballos y sus pinturas dominadas por el paisaje y la luz para llegar a la catedral de Rouen vista en diferentes momentos del día con iluminaciones distintas.

Las residencias de Monet

Argenteuil y Vetheuil, lugares de reposo de los artistas, fueron también marcos de inspiración con sus bañistas y los reflejos acuáticos. Fascinado por la técnica moderna y el movimiento también dedicó varios cuadros a la estación ferroviaria de Saint-Lazare con la gente representada por sombras. Los pajares fueron otros de sus modelos para explicar la relación entre el tiempo y la apariencia de las cosas y los retrató a distintas horas en una serie de pinturas.

En la Riviera francesa e italiana se ocupó de la naturaleza por medio de palmera o jardines dominados por los colores mientras que el contraste le llegó durante su estancia en Noruega con la nieve y los pueblos de los fiordos dominados por el blanco. También nos ilustran sobre su etapa en Londres, con sus vistas del Támesis, y en Venecia, donde pintó una treintena de obras para acabar en su casa de Giverny, con sus plantas florales acuáticas y sus famosos nenúfares.

Un viaje en realidad virtual y la tienda

Tras este recorrido sin movernos de nuestro asiento entraremos en un pequeño rincón en el que viviremos otra experiencia tan o más inolvidable. Nos ponen unas gafas de realidad virtual y emprendemos un apasionante viaje por el interior de algunas de sus obras más conocidas empezando desde su casa y su estudio en Giverny para seguir paseando por las orillas del Sena (1880), los campos de trigo (1881) o de amapolas (1873), la tierra de nieve (1875) , el Támesis (1871) y regresar a los jardines de Giverny atravesando sus lirios. Dura 10 minutos y conviene mover la cabeza en todas direcciones e incluso el cuerpo (estamos sentados en un taburete giratorio). Hay que advertir que las gafas contienen un protector individual de un solo uso y son esterilizadas tras cada utilización.  

Antes de finalizar podemos posar frente a una reproducción de su puente japonés de 1899 como si fuéramos personajes de su obra. Y, como colofón, podemos visitar la tienda de regalos donde hay objetos muy curiosos como un cubo de Rubik con sus obras, una goma de borrar con la cara de Monet, además de posavasos, libretas, neceseres, llaveros, libros de arte (para adultos y para niños), camisetas con sus pinturas, bolsas, tazas y bolígrafos. Salimos de la visita totalmente… ¡impresionados!